Hola! soy Judith Kalatop, la especialista en bodas de FiestaJudia.com y organizadora de fiestas DelaCole.
Mi profesión, y sobre todo mi propia experiencia, me llevó a entender las relaciones familiares a la hora de organizar y festejar un evento.
En este caso quiero hablarte de lo que sucede en el Seder de Pesaj, en el que en algunas familias lejos de celebrar juntos el ser libres, se esclavizan a los dilemas familiares.
Seguro que en este momento están pasando por tu cabeza un montón de ejemplos donde los conflictos están sobre la esencia del jag. En consecuencia el Seder se torna en un nuevo motivo más de riña.”Te aviso que si va tu primo, yo no voy”, “este año lo pasamos con mi familia y punto”, “el seder lo hacemos a mi modo”… son sólo algunos de los ejemplos típicos temporales, pero hay algunos dilemas que calan aún más profundo que incluyen distanciamiento y divergencias que parecen irreconciliables.
Dicen que “a diferencia de los amigos, la familia no se elige”. Viene impuesta. Suena “fuerte”… pero es real. Con lo bueno y con lo malo. Tan cierto como que “los problemas los llevamos a donde vayamos”, por lo que no es extraño que el encuentro para celebrar Pesaj provoque un nuevo espacio de conflicto.
El seder es un espacio para compartir en familia, para disfrutar de ver al zeide a la cabeza de la mesa con sus tres generaciones reunidas, que nos invita a cuestionarnos sobre lo que nos hace sentir libres y lo que nos esclaviza.
Desde mi experiencia los conflictos que se dan propios de los preparativos son fácilmente solucionables.
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“Lo pasamos con tu familia o con la mía”. Un jag con cada una. Así de sencillo.
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La división de tareas y el menú. En toda familia hay quienes son expertos en la cocina, otros que tienen un hogar que permite recibir a varios invitados, otros que tienen hagadot suficiente o conocimiento de judaísmo como para llevar adelante el seder… dividan las tareas de acuerdo a sus cualidades y posibilidades.
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“Si va fulanito… no voy”. Estamos hablando de personas adultas. Encuentren el modo de una convivencia pacífica, sentados en espacios distantes de la mesa.
Se acerca un nuevo seder y tal indica su significado es el momento de poner las cosas en orden y buscar los procedimientos necesarios para dejar de ser esclavos de nuestro rencor y liberarnos de las ataduras que nos causa el conflicto familiar.
Es totalmente natural que puedan haber diferencias de de pensamiento, de valores y de acción entre los miembros de una familia. De hecho existen en todas las relaciones humanas, en todos los ámbitos porque somos seres libres y cada uno tiene su modo de percibir y vivir la vida.
En este Pesaj te invitamos a reflexionar y usar tu libertad para ser más tolerante, ceder, aceptar, acordar para que el espíritu del jag llegue hasta tu corazón.
Imaginate simplemente disfrutando a pleno de un encuentro familiar disfrutando junto a tus afectos de un seder lleno de canciones, risas, enseñanzas y tradición.
¡Jag HaPesaj Sameach!
Judith