IOM HAATZMAUT

Iom Hazikarón
Día de la Recordación

Por: Moshé Korin

Sólo un pequeño instante separa el final de "Iom Hazikarón" (Día de la Recordación) de las concentraciones de alegría de "Iom Haatzmaút" (Día de la Independencia). Pero es un instante conmovedor y lleno de significado. Es cuando los israelíes y los judíos del mundo, reconocen su deuda con aquéllos que cayeron prestando su servicio en todas las guerras de Israel y en los viles atentados dentro y fuera del país, desde 1948, y sin cuyo sacrificio no tendríamos un Día de la Independencia para celebrar... pues Israel no existiría.
"Iom Hazikarón" (Día de la Recordación), es observado por espacio de 24 horas en la fecha hebrea del 4 del mes de Iyar. Es un día solemne de ceremonias civiles, militares y religiosas que comienzan con el encendido de cirios, antorchas y velas de rememoración en los campamentos militares, escuelas, sinagogas y lugares públicos. Las banderas son izadas a media asta y a la mañana , todo el país guarda silencio durante dos minutos. Es como si todos y cada uno se hubieran congelado de repente. El transporte público hace un alto. La gente se detiene en el lugar donde se encuentra. Toda acción se suspende en esos dos largos minutos, que encierran tantos recuerdos amargos y trágicos.

Uriel Koltum - Fiestas Judías: Iom Haazicarón

Durante toda la jornada, soldados, ex miembros de la Guardia Civil, policías, hombres y mujeres, hacen guardia de honor en los actos conmemorativos y en los cementerios militares de todas las ciudades y aldeas.
En Buenos Aires, ya es tradición reunirse por la mañana en el cementerio de La Tablada. Allí nos convocamos año tras año, en derredor de "La Ciudad Juvenil", como muchos denominan al lugar donde se encuentran las lápidas que recuerdan a todos los argentinos caídos en defensa de Medinat Israel.
Hace 15 días aproximadamente, concurrí con Sara, mi esposa, a Tablada, unas semanas antes de Iom Hazikarón. Ambos sentimos la necesidad de acercarnos al lugar donde se realiza el acto oficial en el "Día de la Recordación".
Allí observamos las piedras funerarias, una tras otra. Ellas muestran grabados los nombres, y en algunas la edad, de los jóvenes caídos, los que ofrendaron el supremo sacrificio del cual es capaz un ser humano... Hector Eidman 20 años, Moshé Liberson 20 años, Rubén Gelman 21 años, Moshé Najchaus 22 años. Algunos son un poco mayores: habían vivido, contrajeron matrimonio, tuvieron hijos que ahora son huérfanos y que a menudo guardan como único recuerdo sólo una fotografía.
Y seguimos recorriendo...Alberto Brikman 27 años, Aldo Grichner 28 años, Fabián Resnik fallecido en 1990, Mirta Zaientz 1992, Graciela Sucevich 1992...
Cuando nos acercamos a la lápida en la cual se lee Uriel Koltún, fallecido el 1º de Marzo de 1998 a los 27 años, un denso nubarrón envolvió todo mi ser. Por un instante no ví a nadie alrededor, sólo sentí la misma impotencia y desesperación que experimenté el domingo 1º de Marzo de hace 8 años, cuando llegamos a casa y escuchamos en el contestador automático la trágica noticia. En ninguno de esos dos momentos pude hilar pensamiento alguno, sólo resonaba en mi mente una melodía y una canción que junto con Sheindele Beckerman e Iche Koltún, los padres de Uri, aprendimos a cantar en esas inolvidables noches de la colonia de vacaciones "Kinderland", junto a Sore y a otros "Javerim", de boca del singular "jalutz" (pionero), David Knaani:

"Kadrú, Kadrú pnei hashamáim,
verúaj az nashav,
kiblú, kiblú haréi Efráim,
korbán tzaír jadash".

Se ensombrecieron los cielos,
y arreció un viento despiadado
cuando otro joven soldado
cayó, en los montes de Efraím.

Uriel, sus padres y sus dos hermanos mayores Dani y Nomi, concretaron su Aliá cuando él era muy pequeño: a comienzos de la década del 70. Creció y se educó en la ciudad de Bat-Yam. En 1989 se enroló en Tzáhal (Ejército), donde finalizó el curso de aviadores en 1991.
Uri se destacó por su inteligencia y fue un alumno brillante, un amigo sincero, una persona capaz, respetuosa, simpática y delicada; un militar valiente y abnegado, capitán de la Fuerza Aérea Israelí.
Poseía Uri todos los dones que pueden llevar a la arrogancia y a la soberbia; sin embargo, Uriel los transformó en instrumentos de humildad y desarrolló la capacidad de amar y ser amado, de querer y ser querido... Fue un orgullo para sus padres, abuelos, hermanos y familiares; para sus amigos y vecinos, y para los amigos de sus padres, muchos de los cuales lloramos a la distancia su trágica desaparición.
Sí, Israel es un país donde los padres, a menudo, dan sepultura a sus hijos, y la tierra se satura de lágrimas vertidas en ese día, en todo el país.
Cuando el largo día de duelo llega a su término, cuando la puesta del sol se conjuga con la noche, la estridencia de una sirena llena el espacio: en un sonido prolongado, mortuorio, impregnado de pesar. Poco después, apenas aparecen las estrellas en el cielo, el regocijo, la música y los fuegos artificiales señalan de qué manera Israel celebra "Iom Haatzmaút", el Día de la Independencia.