En febrero de 2007, cuando se cumplieron noventa años de la primera sinagoga madrileña, quedó inaugurado el Museo de Historia de la Comunidad Judía de Madrid. El mismo se encuentra emplazado en un pequeño recinto en la planta baja de la calle Balmes, detrás de la glorieta de Iglesias, en un edificio consagrado tanto al estudio de la cultura judía, como a menesteres religiosos. El armado del museo le fue encargado al argentino Fabio Schneyder, quien contó con numerosos testimonios fotográficos para poner a disposición del público la turbulenta historia de la comunidad judía en Madrid.
Si hacemos un breve repaso histórico, debemos comenzar por 1914, año en el que arribó a España Max Nordau, en medio del éxodo provocado por el inicio de la Primera Guerra Mundial. La llegada como refugiado de Nordau, escritor y periodista húngaro y cofundador de la Organización Sionista Mundial, junto con Theodor Herzl, abrió un nuevo camino para la comunidad judía de España, principalmente de Madrid, donde fue uno de los fundadores de la comunidad, y donde hoy se encuentra aproximadamente un tercio de la población judía de España.
El siguiente año que cabe destacar es 1917, año en que se inaugura la primera sinagoga madrileña, Midrás Abarbanel. Para ese entonces, la comunidad judía aún sufría los conflictos propios de una comunidad que comenzaba a dar sus primeros pasos. Hasta 1922, no disponía de un cementerio propio, y quienes fallecían eran enterrados en un cementerio propiedad de la Embajada Británica.
La relevancia social de la comunidad judía dentro de la sociedad madrileña fue ascendiendo, hasta verse reflejada en la primera página de un diario conservador en 1931, cuando se publicó por primera vez la foto de un casamiento judío.
El Museo Histórico despliega, mediante fotos y antiguas publicaciones, la historia reciente de la comunidad judía en España. La historia de un regreso, más de cuatrocientos años después de haber sido expulsados del país por decreto de los reyes Fernando de Aragón e Isabel de Castilla . Historia que a su vez sufrió los embates del siglo XX, cuando la sinagoga madrileña fue cerrada durante la Guerra Civil Española.
Luego de haberse visto obligada a desaparecer por centenares de siglos, y sufrir enormes conflictos a su regreso, la comunidad judía de Madrid merecía un espacio como este, abocado al rescate de la memoria de una comunidad golpeada en muchas oportunidades, y actualmente en pleno proceso de crecimiento.