No sería exagerado afirmar que todo (o casi todo) judío de clase media ha veraneado, alguna vez, en Miramar, más conocido entre nosotros como “Miramoishe”.
Si bien no hay un motivo histórico ni un hito determinado que haya llevado a la comunidad judía a comenzar a veranear en esta ciudad de la costa atlántica, lo cierto es que desde las décadas del 70’ y 80’, este balneario enclavado a 430 km de Buenos Aires, sobre la ruta interbalnearia, fue convirtiéndose en moda entre la comunidad.
Sus playas fueron, paulatina e inexorablemente, llenándose de juegos de burako, palabras en idish y compañeritos del shule que se reencontraban en la arena.
Hoy por hoy, Miramar sigue siendo un clásico entre las familias judías, elegido, precisamente, por su ambiente familiar, aunque también seleccionado por los adolescentes “de la cole”, que también señalan su destino de vacaciones entre amigos en esta ciudad, sabiendo que allí se encontrarán con más amigos y conocidos… del kínder, del club, de la escuela…
Son ellos, los jóvenes, quienes la apodaron “Miramoishe”, y quienes, desde Facebook, han creado grupos como “Todos los que van a Miramar son judíos” o “Miramar es Judío” o “Deberían cambiar el nombre de Miramar a Miramoishe”. La exageración de los chicos demuestra el fervor y el amor que tienen por esa ciudad, incorporada más que nunca al folclore judeoargentino.
La ciudad de Miramar reconoce continuamente el aporte de la comunidad judía a su crecimiento turístico. Las actividades culturales judías son parte de la agenda recreativa municipal, por ejemplo, clases y muestras de rikudim.
En febrero de 2011, la presidente Cristina Kirchner visitó la ciudad para realizar un homenaje a las víctimas del atentado a la AMIA frente al monumento alegórico que se encuentra ubicado en la plaza frente al Casino de la ciudad.
En aquella ocasión, el intendente del Partido de General Alvarado (al cual pertenece Miramar), Patricio Hogan, ha declarado que “este es un lugar preciado por generaciones enteras de la comunidad judía. Lo que vengo viendo y estudiando es que Miramar ha venido creciendo por el aporte de la comunidad judía”, reconoció, agradecido.
La ciudad elegida por generaciones de judíos hoy reconoce el legado y la impronta que esas generaciones han marcado, dejando huellas que no precisamente han quedado en la arena. |