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Judio Famoso: Carl Sagan

Carl Sagan

Carl Edward Sagan (Nueva York, Estados Unidos, 9 de noviembre de 1934-Seattle, Estados Unidos, 20 de diciembre de 1996) fue un astrónomo, astrofísico, cosmólogo, escritor y divulgador científico estadounidense. Fue un defensor del pensamiento escéptico científico y del método científico, pionero de la exobiología, promotor de la búsqueda de inteligencia extraterrestre a través del Proyecto SETI. Impulsó el envío de mensajes a bordo de sondas espaciales, destinados a informar a posibles civilizaciones extraterrestres acerca de la cultura humana.

Mediante sus observaciones de la atmósfera de Venus, fue de los primeros científicos en estudiar el efecto invernadero a escala planetaria. En la Universidad Cornell, Carl Sagan fue el primer científico en ocupar la Cátedra David Duncan de Astronomía y Ciencias del Espacio, creada en 1976, y fue director del Laboratorio de Estudios Planetarios.

Provenía de una familia de judíos ucranianos. Su padre, Sam Sagan, era un obrero de la industria textil nacido en Kamianets-Podilsky, Ucrania, y su madre, Rachel Molly Gruber, era ama de casa. Carl recibió su nombre en honor de la madre biológica de Rachel, Chaiya Clara; en palabras de Sagan, la madre que ella nunca conoció. Tenía una hermana llamada Carol.

La familia vivía en un modesto apartamento cerca del Océano Atlántico, en Bensonhurst, un barrio de Brooklyn. Según Sagan, eran judíos reformistas, el más liberal de los tres principales grupos judíos. Tanto Carl como su hermana coinciden en que su padre no era especialmente religioso, pero que su madre indudablemente creía en Dios, y participaba activamente en el templo...; y solo servía carne kosher.4 Durante el auge de la Gran Depresión, su padre tuvo que aceptar un empleo como acomodador de cine.

Sagan hizo su Bar Mitzvá a los 13 en Bensonhurt. En 1948, su familia se mudó al pueblo industrial de Rathway en New Jersey y la familia Sagan era una de las pocas familias judías del lugar.

Según el biógrafo Keay Davidson, la guerra interior de Sagan era resultado de la estrecha relación que mantenía con sus padres, quienes eran opuestos en muchos sentidos. Sagan atribuía sus posteriores impulsos analíticos a su madre, una mujer que conoció la pobreza extrema siendo niña, y que había crecido casi sin hogar en la ciudad de Nueva York, durante la I Guerra Mundial y la década de 1920. Tenía las ambiciones propias de una mujer joven, pero bloqueadas por las restricciones sociales, por su pobreza, por ser mujer y esposa, y por ser de etnia judía. Davidson señala que ella, por tanto, adoraba a su único hijo, Carl. Él haría realidad sus sueños no cumplidos.4

Sin embargo, su capacidad para sorprenderse venía de su padre, que era un tranquilo y bondadoso fugitivo del Zar. En su tiempo libre, regalaba manzanas a los pobres o ayudaba a suavizar las tensiones entre patronos y obreros en la tumultuosa industria textil de Nueva York.4 Aunque intimidado por la brillantez de Carl, por sus infantiles parloteos sobre estrellas y dinosaurios, se tomó con calma la curiosidad de su hijo, como parte de su educación.4 Años más tarde, como escritor y científico, Carl recurriría a sus recuerdos de la infancia para ilustrar ideas científicas, como hizo en su libro El mundo y sus demonios. Sagan describe así la influencia de sus padres en su pensamiento posterior:

Mis padres no eran científicos. No sabían casi nada de ciencia. Pero al iniciarme simultáneamente al escepticismo y a hacerme preguntas, me enseñaron los dos modos de pensamiento que conviven precariamente y que son fundamentales para el método científico

Durante la II Guerra Mundial, la familia de Sagan estuvo preocupada por el destino de sus parientes europeos. Sagan, sin embargo y por lo general, no fue consciente de los detalles sobre el curso de la guerra. Escribió: Cierto es que tuvimos parientes que quedaron atrapados en el Holocausto. Hitler no era un sujeto popular en nuestra casa... Pero, por otro lado, yo estuve bastante aislado de los horrores de la guerra. Su hermana, Carol, dijo que su madre por encima de todo quería proteger a Carl... Ella lo estaba pasando extraordinariamente mal con la II Guerra Mundial y el Holocausto.4 En su libro El mundo y sus demonios (1996), Sagan incluye sus recuerdos sobre aquel período conflictivo, cuando su familia se enfrentó a la realidad de la guerra en Europa, pero trató de evitar que esta socavara su espíritu optimista

Carl Sagan ganó gran popularidad gracias a la galardonada serie documental de TV Cosmos: Un viaje personal, producida en 1980, de la que fue narrador y coautor. También publicó numerosos artículos científicos,1 y fue autor, coautor o editor de más de una veintena de libros de divulgación científica, siendo los más populares sus libros Cosmos, publicado como complemento de la serie, y Contacto, en el que se basa la película homónima de 1997.

En 1978 ganó el Premio Pulitzer de Literatura General de No Ficción por su libro Los Dragones del Edén.

A lo largo de su vida, Sagan recibió numerosos premios y condecoraciones por su labor como comunicador de la ciencia y la cultura. Hoy es considerado uno de los divulgadores de la ciencia más carismáticos e influyentes, gracias a su capacidad de transmitir las ideas científicas y los aspectos culturales al público no especializado con sencillez no exenta de rigor.

En cuanto a su relación con la religión; el opinaba así :

Alguna gente piensa en Dios imaginándose un hombre anciano, de grandes dimensiones, con una larga barba blanca, sentado en un trono en algún lugar ahí arriba en el cielo, llevando afanosamente la cuenta de la muerte de cada gorrión. Otros —por ejemplo, Baruch Spinoza y Albert Einstein— consideraban que Dios es básicamente la suma total de las leyes físicas que describen al universo. No sé de ningún indicio de peso en favor de algún patriarca capaz de controlar el destino humano desde algún lugar privilegiado oculto en el cielo, pero sería estúpido negar la existencia de las leyes físicas.24

En otra descripción de su punto de vista sobre Dios, Sagan afirma rotundamente:
La idea de que Dios es un hombre blanco de grandes dimensiones y de larga barba blanca, sentado en el cielo y que lleva la cuenta de la muerte de cada gorrión es ridícula. Pero si por Dios uno entiende el conjunto de leyes físicas que gobiernan el universo, entonces está claro que dicho Dios existe. Este Dios es emocionalmente insatisfactorio... no tiene mucho sentido rezarle a la ley de la gravedad.25

Era así un libre pensador y escéptico; su frase que se hizo popular decía así: “afirmaciones extraordinarias requieren de evidencias extraordinarias”

En cuanto a su vida personal, contrajo matrimonio tres veces: en 1957, con la bióloga Lynn Margulis, madre del escritor Dorion Sagan y del programador y empresario informático Jeremy Sagan; en 1968, con la artista y guionista Linda Salzman, madre del escritor y guionista Nick Sagan; y en 1981, con la escritora y activista Ann Druyan, madre de la productora, guionista y directora Sasha Sagan y de Sam Sagan; unión que duraría hasta la muerte del científico en 1996.

Dos años después de diagnosticársele una mielodisplasia, y después de someterse a tres trasplantes de médula ósea procedente de su hermana, el Dr. Carl Sagan falleció de neumonía a los 62 años de edad

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