Uno de los deseos más nobles que podemos expresar, antes y durante Iom Kipur (El día del perdón), es “Gmar Jatimá Tová”. Su traducción literal es “que tengamos un buen sellado final” y su significado es “el deseo de que seamos inscriptos en el libro de la vida”.
¿Qué representa esto?
Que D´s renueve por un año más nuestra posibilidad de estar vivos, basándose en nuestras acciones.
Es cierto que si bien D´s creó al hombre a su imagen y semejanza… no nos hizo perfectos. Por eso, Hashem nos brinda la posibilidad de reconocer nuestros errores, asumirlos, aprender de ellos, pedir perdón y poder perdonar.
Tal como ayunaron nuestros antepasados al pié del monte Sinaí, cuando Hashem fue misericordioso y les dio una nueva oportunidad luego de que construyeran un becerro de oro al que adorar, cada Iom Kipur, en muestra de arrepentimiento, reflexionamos, nos arrepentimos, nos disculpamos y nos comprometemos a un nuevo año de tzedaka (caridad) y buenas acciones.
Justamente hacemos Teshuvá, que literalmente significa retorno, es el momento de una profunda introspección, de un sinceramiento total. Aquel al que D´s le renueva su confianza se lo conoce como Vaal Tefilá, ya que considera que retornó a su camino con judío. Tuvo finalmente Jatimá Tová, un buen sellado.
D´s es quien nos juzga, con quien repautamos mediante nuestro compromiso y disculpas un nuevo año de vida. El desearnos Gmar Jatimá Tová entre los afectos y la comunidad, debe ser no sólo una frase sino que surja desde lo más profundo de nosotros, al igual que el perdonar a los demás y aceptar su pedido de disculpas.
Hashem evalúa todas nuestras acciones, no sólo durante Iom Kipur, cada día del año en que renovó su confianza en nosotros.
¡Gmar Jatimá Tová!