“No estoy en este mundo para satisfacer tus expectativas
Y vos no estás en este mundo para satisfacer las mías…..
Si nos encontramos….es maravilloso
Y si no, no hay nada que hacer…..”
Fritz Perls
Cuántas veces construímos una pareja en función de lo que creemos que son las necesidades del otro?...Más aún, cuántas veces, nos olvidamos de nosotros mismos para intentar contentar o satisfacer al otro/a?
Se trata de situaciones que se ven a diario en la clínica de la atención psicoterapéutica. Personas que llegan agotadas, cansadas del ejercicio de satisfacer.
Desde niños se nos enseña a no ser egoístas, a estar atentos a lo que el otro quiera, a lo que el otro requiera. Incluso llegamos a pensar que, si no hacemos lo que el otro está pidiendo, ó sugiriendo…vamos a terminar solos. Porque (eso es lo aprendido), si no nos portamos bien, no vamos a ser lo suficientemente queridos. Para ser queridos, de acuerdo a este modelo de pensamiento, es fundamental hacer las cosas bien…y hacer las cosas bien…implica hacerlas como el otro/la otra lo requieren.
Y así transcurre nuestra vida, satisfaciendo al otro por acá, al otro por allá……
El asunto es que, mientras estamos en ese proceso de que el otro nos elija por todo lo que lo ayudamos……de que nos aprecie por ello, de que nos quiera…se nos va la vida.
No vamos a negar que es lindo que el otro quiera cuidarnos y darnos algún gusto…… También es muy amoroso que nosotros podamos regalar nuestro mejor buen trato al otro.
Sin embargo, cuestionamos, de acuerdo a la frase de Perls, a toda actitud en la cual no nos escuchamos, en la cual no tenemos en cuenta a nuestras propias vibraciones.
Porque el asunto es que no podemos dejar de nosotros…..para satisfacer al otro/a. Si nos perdemos en el otro, nos perdemos de nosotros mismos…..
La última parte de la frase de Perls, incorpora un concepto maravilloso, que es el concepto de “encuentro”. A que podemos llamar “encuentro”? .
Es algo así como cuando las “almas” de dos ó más personas se acercan, se fusionan, se unen. Cuando cada uno, con su ser más profundo, puede tener con el otro, un momento de absoluto contacto.
Y normalmente ese encuentro aparece cuando hay una sintonía que no viene del hacer, sino del ser.
Entonces, de lo que se trata no es tanto del hacer algo para que el otro me quiera…..sino de ser yo mismo y que el otro me quiera así como soy.
Porque si nos empeñamos en que el otro hago algo para ser querible, no estoy queriendo al otro que es…sino al otro que yo quiero que sea.
Quizás podríamos decir que lo importante en los vínculos es el concepto de la fluidez. Fluye o no fluye?
Somos aceptados como somos?, aceptamos al otro como es?
Generalmente estamos incómodos en un vínculo cuando no nos sentimos aceptados como somos y, de la misma manera, no aceptamos al otro como es.
Lic. Marcelo Sitnisky
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