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26-09-2011

ONU. Discurso del primer ministro de Israel en la ONU (versión oficial en español)
Cidipal-AJN

Presidente Abbas, le extiendo mi mano - la mano de Israel - en paz. Espero que usted estreche esa mano. Ambos somos hijos de Abraham. Mi pueblo lo llama Abraham. Su pueblo lo llama Ibrahim. Compartimos el mismo patriarca. Vivimos en la misma tierra. Nuestros destinos están entrelazados. Hagamos realidad la visión de Isaías. El pueblo que anda en tinieblas verá una gran luz. Que la luz sea la luz de la paz, dijo el primero ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, para finalizar su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas.

 


Señoras y señores,

Israel ha extendido su mano en paz desde el momento en que fue establecido hace 63 años. En nombre de Israel y del pueblo judío, extiendo esa mano nuevamente hoy. La extiendo a los pueblos de Egipto y Jordania, con renovada amistad por los vecinos con los que hemos hecho las paces. La extiendo al pueblo de Turquía, con respeto y buena voluntad. La extiendo a los pueblos de Libia y Túnez, con admiración por aquellos que tratan de construir un futuro democrático. La extiendo a los otros pueblos del norte de África y la Península Arábiga, con los cuales queremos forjar un nuevo comienzo. La extiendo a los pueblos de Siria, Líbano e Irán, con profunda admiración por la valentía de aquellos que combaten la brutal represión.

Pero, muy especialmente, extiendo mi mano al pueblo palestino, con quienes buscamos una paz justa y duradera.

Señoras y señores, en Israel nuestra esperanza de paz nunca decae. Nuestros científicos, médicos, innovadores, aplican su ingenio para mejorar el mundo del mañana. Nuestros artistas, nuestros escritores, enriquecen el patrimonio de la humanidad. Ahora, sé que ésta no es exactamente la imagen de Israel que, a menudo, se presenta en esta sala. Después de todo, fue aquí donde, en 1975 – el ancestral anhelo de mi pueblo de restaurar nuestra vida nacional en nuestra antigua patria bíblica - fue entonces que esto fue trenzado - más bien puesta la marca -vergonzosamente, como racismo. Y fue aquí, en 1980, ¡aquí mismo!, que el histórico acuerdo de paz entre Israel y Egipto no fue alabado; ¡fue denunciado! Y es aquí, año tras año, donde Israel es injustamente escogido para condenarlo. Es escogido para condenarlo más a menudo que a todas las naciones del mundo en su conjunto. Veintiuna de las 27 resoluciones de la Asamblea General, condenan a Israel – la única democracia verdadera en Medio Oriente.

Bien, esto es una de las partes desgraciadas de la institución de la ONU. Es el teatro del absurdo. No sólo le da a Israel el papel del villano sino que, a menudo, les da a los verdaderos villanos papeles protagónicos: la Libia de Gadafi presidió la Comisión de Derechos Humanos, el Irak de Sadam encabezó el Comité de la ONU sobre Desarme.

Podría decirse: eso es el pasado. Bueno, he aquí lo que está sucediendo ahora mismo, hoy. El Líbano controlado por Hezbollah preside ahora el Consejo de Seguridad de la ONU. Esto significa, en efecto, que una organización terrorista preside el órgano encargado de garantizar la seguridad del mundo. No pudieron arreglar esto.

Así que aquí, en la ONU, las mayorías automáticas pueden decidir cualquier cosa.

Pueden decidir que el sol se pone por el oeste, o que sale por el oeste. Creo que la primera ya ha sido pre-ordenada. Pero también pueden decidir - han decidido - que el Muro de los Lamentos en Jerusalem, el lugar más sagrado del judaísmo, es territorio palestino ocupado.

Y, sin embargo, incluso aquí, en la Asamblea General, la verdad a veces puede abrirse paso. En 1984, cuando fui nombrado embajador de Israel ante las Naciones Unidas, visité al gran rabino de Lubavich. Él me dijo – y, señoras y señores, no quiero que ninguno de ustedes se ofenda, porque de mi experiencia personal de servicio aquí, sé que hay muchos hombres y mujeres honorables, muchas personas capaces y decentes sirviendo aquí a sus naciones. Pero he aquí lo que el rabino me dijo. Me dijo, usted estará sirviendo en una casa de muchas mentiras. Y entonces dijo, recuerde que, incluso en el lugar más oscuro, la luz de una sola vela puede ser vista a lo largo y ancho.

Hoy espero que la luz de la verdad brille, aunque sólo sea por unos minutos, en una sala que, durante mucho tiempo, ha sido un lugar de oscuridad para mi país. Así que, como primer ministro de Israel, no he venido aquí para ganar aplausos. He venido aquí para decir la verdad. (Aclamaciones, aplausos) La verdad es que Israel quiere la paz. La verdad es que yo quiero la paz. La verdad es que en Medio Oriente, en todo momento, pero especialmente en estos turbulentos tiempos, la paz debe basarse en la seguridad. La verdad es que no podemos alcanzar la paz a través de resoluciones de la ONU, sino sólo a través de negociaciones directas entre las partes.

La verdad es que, hasta ahora, los palestinos se han negado a negociar. La verdad es que Israel quiere la paz con un estado palestino, pero los palestinos quieren un estado sin paz. Y la verdad es que ustedes no deberían permitir que eso suceda.

Señoras y señores, cuando vine por primera vez, hace 27 años, el mundo estaba dividido entre Oriente y Occidente. Desde entonces, la Guerra Fría terminó, grandes civilizaciones han surgido de siglos de sueño, cientos de millones de personas han sido sacadas de la pobreza, incontables más están listos para hacerlo, y lo notable es que, hasta ahora, este monumental cambio histórico ha ocurrido, mayormente, pacíficamente. Sin embargo, un cáncer está creciendo ahora entre Oriente y Occidente, que amenaza la paz de todos. No busca liberar, sino esclavizar, no busca construir, sino destruir.

Ese cáncer es el Islam militante. Se envuelve con el manto de una gran fe, sin embargo asesina a judíos, cristianos y musulmanes por igual, con imperdonable imparcialidad. El 11 de septiembre asesinó a miles de estadounidenses, y dejó a las torres gemelas en ruinas ardientes. Ayer por la noche coloqué una corona en el memorial 11-S. Fue profundamente conmovedor. Pero mientras iba hacia allí, una cosa hacía eco en mi mente: las escandalosas palabras del presidente de Irán ayer, en esta tribuna. Dio a entender que el 11-S fue una conspiración estadounidense. Algunos de ustedes abandonaron esta sala. Todos ustedes debieron hacerlo.

Desde el 11-S, los islamistas militantes masacraron a un sinnúmero de otros inocentes

- en Londres y Madrid, en Bagdad y Mumbai, en Tel Aviv y Jerusalem, en cada parte de Israel. Creo que el mayor peligro que enfrenta nuestro mundo es que este fanatismo se arme con armas nucleares. Y esto es precisamente lo que Irán está tratando de hacer.

¿Pueden imaginarse a ese hombre que despotricó aquí ayer - pueden ustedes imaginárselo armado con armas nucleares? La comunidad internacional debe frenar a Irán antes de que sea demasiado tarde. Si Irán no es detenido, todos nos enfrentaremos a la amenaza del terrorismo nuclear, y la Primavera Árabe podría pronto convertirse en un invierno iraní. Eso sería una tragedia. Millones de árabes han salido a las calles para reemplazar a la tiranía por la libertad, y nadie se beneficiaría más que Israel, si quienes están comprometidos con la libertad y la paz prevalecieran.

Esta es mi ferviente esperanza. Pero como primer ministro de Israel, no puedo arriesgar el futuro del estado judío por una expresión de deseos. Los líderes deben ver la realidad tal como es, no como debería ser. Tenemos que hacer nuestro mejor esfuerzo para dar forma al futuro, pero no podemos hacer que los peligros del presente desaparezcan por nuestros deseos.

Y el mundo alrededor de Israel es, definitivamente, cada vez más peligroso. El Islam militante ya ha tomado Líbano y Gaza. Está decidido a destrozar los tratados de paz entre Israel y Egipto y entre Israel y Jordania. Está envenenando muchas mentes árabes contra los judíos e Israel, contra Estados Unidos y Occidente. No se opone a las políticas de Israel, sino a la existencia de Israel.

Ahora bien, algunos sostienen que la propagación del Islam militante, especialmente en estos tiempos turbulentos - si se la quiere desacelerar, argumentan, Israel debe apresurarse a hacer concesiones, a hacer concesiones territoriales. Y esta teoría parece simple. Básicamente, es la siguiente: Abandonen el territorio y la paz avanzará. Los moderados se verán reforzados, los radicales serán mantenidos a raya. Y no se preocupen por los detalles molestos de cómo Israel realmente se defenderá; tropas internacionales harán el trabajo.

Estas personas me dicen constantemente: Sólo hagamos una oferta amplia, y todo funcionará. Saben, sólo hay un problema con esa teoría. Lo hemos intentado y no funcionó. En 2000 Israel hizo una amplia oferta de paz que cumplía con casi todas las demandas palestinas. Arafat la rechazó. Entonces los palestinos lanzaron un ataque terrorista que se cobró mil vidas israelíes.

Después, en 2008, el Primer Ministro Olmert hizo una oferta aún más amplia. El presidente Abbas ni siquiera la contestó.

Pero Israel hizo más que amplias ofertas. En realidad dejamos territorios. Nos retiramos de Líbano en 2000 y de cada centímetro cuadrado de Gaza en 2005. Eso no calmó la tormenta islámica, la tormenta islámica militante que nos amenaza. Sólo trajo la tormenta más cerca y la hizo más fuerte.

Hezbollah y Hamas dispararon miles de cohetes contra nuestras ciudades desde los mismos territorios que habíamos evacuado. Miren, cuando Israel se retiró de Líbano y Gaza, los moderados no derrotaron a los radicales, los moderados fueron devorados por los radicales. Y lamento decir que las tropas internacionales, como la UNIFIL en Líbano y UBAM (ph) en Gaza no impidieron que los radicales atacaran a Israel.

Abandonamos Gaza con la esperanza de paz. Nosotros no congelamos los asentamientos en Gaza, los desarraigamos. Hicimos exactamente lo que dice la teoría: Salir de ahí, volver a las fronteras de 1967, desmantelar los asentamientos. Y no creo que la gente recuerde cuán lejos fuimos para lograr esto. Desarraigamos miles de personas de sus hogares. Sacamos niños fuera de sus escuelas y sus jardines de infantes. Derribamos sinagogas. Incluso - incluso trasladamos seres queridos de sus tumbas. Y entonces, después de haber hecho todo eso, le dimos las llaves de Gaza al Presidente Abbas.

Ahora bien, la teoría dice que todo debería salir bien, y el Presidente Abbas y la

Autoridad Palestina, ahora, podrían construir un estado pacífico en Gaza. Ustedes pueden recordar que el mundo entero aplaudió. Aplaudieron nuestra retirada como un acto de gran estadista. Fue un valiente acto de paz.

Pero, señoras y señores, no obtuvimos paz. Obtuvimos guerra. Obtuvimos a Irán que, a través de su representante Hamas, rápidamente echó a patadas a la Autoridad Palestina. La Autoridad Palestina se derrumbó en un día.

El presidente Abbas acaba de decir, en esta tribuna, que los palestinos están armados sólo con sus esperanzas y sus sueños. Sí, esperanzas, sueños y 10.000 misiles y cohetes Grad, suministrados por Irán, por no mencionar el río de armas letales que ahora fluyen a Gaza desde el Sinaí, desde Libia, y desde otros lugares.

Miles de misiles ya han llovido sobre nuestras ciudades. Así que deben entender que, teniendo en cuenta todo esto, los israelíes se preguntan con razón: ¿Qué es lo que evitará que ésto vuelva a ocurrir en la Margen Occidental? Vean, la mayoría de nuestras grandes ciudades, en el sur del país, se encuentran a pocas decenas de kilómetros de Gaza. Pero, en el centro del país, del otro lado de la Margen Occidental, nuestras ciudades están a unos pocos cientos de metros o, como máximo, a pocos kilómetros de distancia desde el borde de la Margen Occidental.

Así que quiero preguntarles. ¿Alguno de ustedes traería el peligro tan cerca de sus ciudades, de sus familias? ¿Actuarían tan imprudentemente con las vidas de vuestros ciudadanos? Israel está dispuesto a que haya un estado palestino en la Margen Occidental, pero no estamos dispuestos a que haya otra Gaza allí. Y es por eso que necesitamos tener reales arreglos de seguridad, que los palestinos, simplemente, se niegan a negociar con nosotros.

Israel recuerda las amargas lecciones de Gaza. Muchos de los críticos de Israel las ignoran. Irresponsablemente, aconsejan a Israel a ir otra vez por este mismo camino peligroso. Vuestra lectura de lo que dicen estas personas y los ‘como si nada hubiera pasado’ - simplemente repitiendo el mismo consejo, las mismas fórmulas, como si nada de esto sucedió.

Y estos críticos continúan presionando a Israel a hacer concesiones de largo alcance, sin antes garantizar la seguridad de Israel. Ellos alaban como destacados estadistas a los que, inconscientemente, alimentan al insaciable cocodrilo del Islam militante. Rotulan como enemigos de la paz a aquellos de nosotros que insistimos en que primero debemos construir una sólida barrera para mantener al cocodrilo afuera o, como mínimo, interponer una barra de hierro entre sus fauces abiertas.

Así, frente a las etiquetas y los libelos, Israel debe prestar atención a un mejor asesoramiento. Mejor una mala prensa que un buen elogio, y mejor aún sería una prensa justa, cuyo sentido de la historia se extienda más allá del desayuno, y que reconozca las legítimas preocupaciones de seguridad de Israel.

Creo que, en negociaciones de paz serias, estas necesidades y preocupaciones pueden ser consideradas apropiadamente, pero no pueden ser consideradas sin negociaciones. Y las necesidades son muchas, porque Israel es un país tan pequeño. Sin Judea y Samaria, la Margen Occidental, Israel tiene tan solo 15 kilómetros de ancho.

Quiero ponerlo en perspectiva para ustedes, porque todos ustedes están en la ciudad.

Eso es alrededor de dos tercios de la longitud de Manhattan. Es la distancia entre

Battery Park y la Universidad de Columbia. Y no se olviden que la gente que vive en Brooklyn y Nueva Jersey es considerablemente más amable que algunos de los vecinos de Israel.

Entonces, ¿cómo se… cómo se protege un país tan pequeño, rodeado de gente juramentada para su destrucción y armada hasta los dientes por Irán? Obviamente no se puede defender sólo desde dentro de ese estrecho espacio. Israel necesita una mayor profundidad estratégica, y eso es exactamente por lo que la Resolución 242 no exige que Israel abandone todos los territorios que capturó en la Guerra de los Seis Días. Habló de retirada de territorios, a fronteras seguras y defendibles. Y, para defenderse, Israel debe, por lo tanto, mantener una presencia a largo plazo del ejército israelí en zonas estratégicas críticas de la Margen Occidental.

Le expliqué esto al Presidente Abbas. Me contestó que si un estado palestino fuera un país soberano, nunca podría aceptar tales acuerdos. ¿Por qué no? Estados Unidos tiene tropas en Japón, Alemania y Corea del Sur desde hace más de medio siglo. Gran Bretaña tiene un espacio aéreo en Chipre o, más bien, una base aérea en Chipre. Francia tiene fuerzas en tres naciones africanas independientes. Ninguno de estos estados dice que no son países soberanos.

Y hay muchos otros temas vitales de seguridad que también deben ser atendidos.

Tomemos el tema del espacio aéreo. Una vez más, las pequeñas dimensiones de Israel crean enormes problemas de seguridad. Estados Unidos puede ser atravesado por un avión a reacción en seis horas. Para volar a través de Israel, se necesitan tres minutos. Así es el diminuto espacio aéreo de Israel ¿Será hachado por la mitad y dado a un estado palestino que no está en paz con Israel?

Nuestro principal aeropuerto internacional está a pocos kilómetros de distancia de la Margen Occidental. Sin paz, ¿nuestros aviones se convertirán en blancos para los misiles antiaéreos colocados en el adyacente estado palestino? Y ¿cómo detendremos el contrabando en la Margen Occidental? No es sólo en la Margen Occidental, son las montañas de la Margen Occidental. Simplemente dominan la llanura costera, donde la mayoría de la población de Israel se encuentra ahí abajo. ¿Cómo podemos evitar el contrabando de esos misiles a esas montañas, que podrían ser disparados contra nuestras ciudades?

Saco a colación estos problemas, porque no son problemas teóricos. Son muy reales.

Y para los israelíes, son asuntos de vida o muerte. Todas estas potenciales fisuras en la seguridad de Israel, deben ser selladas en un acuerdo de paz, antes de que se declare un estado palestino, no después, porque si se lo deja para después, no serán sellados.

Y estos problemas explotarán en la cara y harán explotar la paz.

Los palestinos deberían primero hacer la paz con Israel y luego obtener su estado.

Pero también quiero decirles esto. Después de que tal acuerdo de paz sea firmado,

Israel no será el último país en dar la bienvenida a un estado palestino como un nuevo miembro de las Naciones Unidas. Seremos el primero.

Y hay una cosa más. Hamas ha estado violando el derecho internacional manteniendo cautivo a nuestro soldado Gilad Shalit durante cinco años.

No han permitido, ni siquiera, una visita de la Cruz Roja. Se lo mantiene en un calabozo, en la oscuridad, contra todas las normas internacionales. Gilad Shalit es el hijo de Aviva y Noam Shalit. Es el nieto de Zvi Shalit, que escapó del Holocausto viniendo - en la década de 1930 como un niño - a la tierra de Israel. Gilad Shalit es el hijo de cada familia israelí. Todas las naciones aquí representadas deberían exigir su inmediata liberación. Si ustedes quieren… si quieren aprobar una resolución sobre el Medio Oriente de hoy, ésa es la resolución que deberían aprobar.

Señoras y señores, el año pasado en Israel en la Universidad Bar Ilan, este año en la

Knesset y en el Congreso de EE.UU., presenté mi visión de la paz en la que, un estado palestino desmilitarizado, reconozca al estado judío. Sí, al estado judío. Después de todo, éste es el organismo que reconoció al estado judío hace 64 años. Ahora bien, ¿no creen que ya es hora de que los palestinos hagan lo mismo?

El Estado Judío de Israel siempre protegerá los derechos de todas sus minorías, incluidos los más de 1 millón de ciudadanos árabes de Israel. Me gustaría poder decir lo mismo acerca de un futuro estado palestino, porque, como los funcionarios palestinos lo aclararon el otro día - de hecho, creo que lo hicieron justo aquí, en Nueva York - dijeron que el estado palestino no permitirá ningún judío en el mismo. Estará libres de judíos - Judenrein. Eso es limpieza étnica. Hay hoy leyes, en Ramallah, que hacen que la venta de tierras a judíos sea pasible de pena de muerte. Eso es racismo. Y ustedes saben que leyes evoca.

Israel no tiene intención alguna de cambiar el carácter democrático de nuestro estado.

Simplemente no queremos que los palestinos traten de cambiar el carácter judío de nuestro estado. Queremos que renuncien… queremos que renuncien a la fantasía de inundar a Israel con millones de palestinos.

El presidente Abbas estuvo recién aquí, y dijo que el núcleo del conflicto palestino israelí son los asentamientos. Bueno, eso es extraño. Nuestro conflicto ha rugido estuvo en su apogeo, durante casi medio siglo antes de que hubiera un solo asentamiento israelí en la Margen Occidental. Así que si lo que dice el presidente Abbas fuera verdad, entonces el… supongo que los asentamientos de los que está hablando son Tel Aviv, Haifa, Jaffa, Be’er Sheva. Tal vez eso es lo que quiso decir, el otro día, cuando dijo que Israel ha ocupado tierra palestina durante 63 años. No dijo a partir de 1967, dijo a partir de 1948. Espero que alguien se molestará en hacerle esta pregunta, porque ilustra una simple verdad: El núcleo del conflicto no son los asentamientos. Los asentamientos son un resultado del conflicto.

Los asentamientos tienen que ser… es un tema que tiene que ser abordado y resuelto en el curso de negociaciones. Pero el núcleo del conflicto ha sido siempre, lamentablemente sigue siendo, la negativa de los palestinos a reconocer un estado judío en ninguna frontera.

Creo que es hora de que el liderazgo palestino reconozca lo que todos los líderes internacionales serios han reconocido, desde Lord Balfour y Lloyd George en 1917, hasta el Presidente Truman en 1948 y el presidente Obama hace apenas dos días aquí:

Israel es el estado judío.

Presidente Abbas, deje de caminar alrededor de este tema. Reconozca al estado judío, y haga la paz con nosotros. En esa paz verdadera, Israel está dispuesto a hacer dolorosas concesiones. Creemos que los palestinos no deberían ser ni ciudadanos de Israel ni sus súbditos. Deberían vivir en un estado libre propio. Pero deberían estar dispuestos, como nosotros, para el compromiso. Y sabremos que están dispuestos para el compromiso y para la paz, cuando comiencen a tomar en serio los requerimientos de seguridad de Israel y cuando dejen de negar nuestra conexión histórica con nuestra antigua patria.

Frecuentemente los escucho acusar a Israel de judaizar Jerusalem. Eso es como acusar a Estados Unidos de americanizar a Washington, o a los británicos de anglizar a Londres. ¿Saben por qué somos llamados "judíos"? Porque provenimos de Judea.

En mi oficina en Jerusalem, hay un… hay un antiguo sello. Es un anillo de sello de un funcionario judío de la época de la Biblia. El sello fue encontrado justo junto al Muro de los Lamentos, y data de 2.700 años, de la época del Rey Ezequías. Ahora, está el nombre del funcionario judío inscrito en el anillo, en hebreo. Su nombre era Netanyahu. Ese es mi apellido. Mi nombre de pila, Benjamin, se remonta a mil años antes hasta Benjamin - Binyamin - el hijo de Jacob, quien también era conocido como Israel. Jacob y sus 12 hijos deambulaban por estas mismas colinas de Judea y Sumeria hace 4.000 años, y ha habido una presencia continua judía en el país desde entonces.

Y para aquellos judíos que fueron exiliados de nuestra tierra, nunca dejaron de soñar en volver: los judíos en España, en vísperas de su expulsión; los judíos en Ucrania, huyendo de los pogromos, los judíos luchando en el gueto de Varsovia, cuando los nazis lo circundaban. Nunca dejaron de orar, nunca dejaron de anhelar. Susurraban: El año próximo en Jerusalem. El año próximo en la tierra prometida.

Como primer ministro de Israel, hablo en nombre de cientos de generaciones de judíos que fueron dispersados ?por los países, que sufrieron todos los males bajo el sol, pero que nunca perdieron la esperanza de restaurar su vida nacional en el único estado judío.

Señoras y señores, continúo esperando que el Presidente Abbas sea mi socio en la paz. He trabajado duro para hacer avanzar esa paz. El día que asumí el cargo, llamé a negociaciones directas sin condiciones previas. El presidente Abbas no respondió. Esbocé una visión de paz de dos estados para dos pueblos. Tampoco respondió. Quité cientos de barreras y puestos de control, para mejorar la libertad de movimiento en los territorios palestinos, lo que facilitó un fantástico crecimiento de la economía palestina. Pero una vez más - ninguna respuesta. Tomé la decisión, sin precedentes, de congelar los nuevos edificios en los asentamientos durante 10 meses. Ningún primer ministro lo hizo antes, nunca. Una vez más - ustedes aplauden, pero no hubo respuesta. Ninguna respuesta.

En las últimas semanas, funcionarios estadounidenses han propuesto ideas para reiniciar las conversaciones de paz. Había cosas en esas ideas, acerca de las fronteras, que no me gustaban. Había cosas ahí, sobre el estado judío que, estoy seguro, a los palestinos no les gustaban.

Pero, con todas mis reservas, estaba dispuesto a avanzar en base a estas ideas estadounidenses.

Presidente Abbas, ¿Por qué no se une a mí? Tenemos que dejar de negociar acerca de las negociaciones. Sigamos adelante con ella. Negociemos la paz.

Pasé años defendiendo a Israel en el campo de batalla. Pasé décadas defendiendo a Israel en el tribunal de la opinión pública. Presidente Abbas, usted ha dedicado su vida a hacer avanzar la causa palestina. ¿Debe este conflicto continuar durante generaciones, o permitiremos que nuestros hijos y nuestros nietos hablen, en los próximos años, de cómo encontramos la manera de acabar con el mismo? Eso es a lo que deberíamos apuntar, y eso es lo que creo que podemos lograr.

En dos años y medio, nos reunimos en Jerusalem sólo una vez, a pesar de que mi puerta siempre ha estado abierta para usted. Si lo desea, iré a Ramallah. En realidad, tengo una mejor sugestión. Ambos acabamos de volar miles de kilómetros a Nueva York. Ahora estamos en la misma ciudad. Estamos en el mismo edificio. Así que reunámonos aquí hoy en las Naciones Unidas. ¿Quién está ahí para impedírnoslo? ¿Qué es lo que nos detiene? Si realmente queremos la paz, ¿qué hay que nos impida reunirnos hoy e iniciar negociaciones de paz?

Y sugiero que hablemos abierta y honestamente. Escuchémonos el uno al otro.

Hagamos como lo decimos en Medio Oriente: Hablemos "doogri". Eso significa francamente. Le contaré mis necesidades y preocupaciones. Usted me contará las suyas. Y, con la ayuda de Dios, encontraremos un terreno común para la paz.

Hay un viejo refrán árabe: no se puede aplaudir con una sola mano. Bueno, lo mismo es cierto acerca de la paz. No puedo hacer la paz solo. No puedo hacer la paz sin usted. Presidente Abbas, le extiendo mi mano - la mano de Israel - en paz. Espero que usted estreche esa mano. Ambos somos hijos de Abraham. Mi pueblo lo llama Abraham. Su pueblo lo llama Ibrahim. Compartimos el mismo patriarca. Vivimos en la misma tierra. Nuestros destinos están entrelazados. Hagamos realidad la visión de Isaías. "El pueblo que anda en tinieblas verá una gran luz". Que la luz sea la luz de la paz.


Fuente : Cipidal

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