Parece una pregunta cualquiera. Pero para la comunidad educativa de la Escuela 17 (D.E. 14) de Colegiales no lo es. "La Coope de la 17" promueve el debate para modificar su nombre, el del sacerdote antisemita Monseñor Gustavo Franceschi. Este viernes la junta directiva definirá por votación si opta por cambiar la denominación. Las urnas abrirán a las 8.30.
El nombre de la escuela fue impuesto en 1967, durante la dictadura de Juan Carlos Onganía por el Consejo Nacional de Educación de aquellos tiempos. En un escrito publicado por la Cooperadora, se explica que tal decisión "se tomó el 6 de julio de 1967 y cuatro días más tarde se publicó en el Boletín del Consejo Nacional de Educación. Apenas se conoce la obra de Franceschi se descubre la afinidad de algunas de sus ideas con aquellas que pregonaba la dictadura de Onganía y, en general, los gobiernos autoritarios de nuestro país. Franceschi era un hombre antisemita y sin convicciones democráticas".
El comunicado también expresa que "la escuela (fundada en 1917) tiene un enorme peso simbólico para toda la comunidad educativa, muy especialmente para sus alumnas y alumnos. Cuando se le asigna un nombre a una escuela buscamos mucho más que distinguirla de las demás. Franceschi acusaba a las personas judías de explotar económicamente a todos los países en los que vivían y de no identificarse con ninguno de ellos. Consideraba al ´pueblo hebreo´ como el ´disolvente social por antonomasia´ y como ´enemigo interno´ de nuestro país, dado que entendía que ´el espíritu judaico´ ponía en peligro nuestra nacionalidad, nuestra constitución familiar y nuestras tradiciones".
Infobae se comunicó con el presidente de la Cooperadora, quien argumentó estar en etapa de debate y prefirió no dar declaraciones para no perjudicar el devenir de esta propuesta. El escrito también recuerda que "Franceschi se expresó también en contra del sistema democrático. Decía que el problema de la democracia radicaba en la exposición del gobierno a la voluntad de la muchedumbre, que entorpecía, modificaba y anulaba su tarea. El corolario de esta debilidad de los gobiernos democráticos sería su caída (o, al menos, su modificación) y su posterior reemplazo por gobiernos fuertes, más ´orgánicos y racionales´".
A partir de estas circunstancias, la Cooperadora invitó a la comunidad educativa a discutir la posibilidad de formular una propuesta para cambiar el nombre de la escuela.Se realizó un documento con información sobre la vida y la obra de Franceschi, y se abrió un registro de firmas para quienes quisieran apoyar la iniciativa. El interés por la iniciativa trascendió los límites de la comunidad educativa y vecinos de la escuela también hicieron saber sus opiniones.
La DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) envió una carta a la ministra de Educación del gobierno de la Ciudad donde manifiesta que se suma a la iniciativa y exige el cambio del nombre de la escuela. La Casa de Ana Frank junto a otras instituciones también se sumaron al pedido.
"El nombre de la escuela no es sólo parte de su historia. Es también y, principalmente, parte de su futuro. Ese futuro en el que se proyectan los valores con los que todos los días crecen y se forman nuestras/os hijas/os", concluye el escrito.
