Hay terebintos, robles y otros árboles que están creciendo a un ritmo realmente impresionante”, describió.
Silko destacó que “uno de los descubrimientos más emocionantes fue un área en la cual están predominando los madroños, que no son muy comunes en el Carmel”, razón por la cual avizoró que “en el futuro, esta cuesta de la colina, que ahora está cubierta de restos de árboles quemados, será un hermoso bosque de madroños, con sus distintivas cortezas rojas”.
“El fuego fue terrible, pero el hecho que los pinos se quemaran expuso al sol al suelo del bosque, lo cual permite que los árboles que tienen raíces bajo tierra reciban luz y comiencen a florecer; además, los nuevos árboles se beneficiaron del agua que antes iba a los pinos”, explicó.
“En cuanto a los pinos, muy pronto empezaremos a cortar los árboles muertos, (porque) una de las lecciones que aprendimos de los incendios forestales que estallaron durante la Segunda Guerra del Líbano es que algunos pinos que parecían quemados, en realidad seguían vivos”, continuó Silko.
“Estamos comenzando a crear cortafuego descansos a lo largo del Carmel, con la ayuda de los amigos del KKL en todo el mundo”, contó el guardabosque.
Silko mostró emocionado “antiguas terrazas agrícolas que acompañan a la ladera de una montaña hasta su cima”.
“Un par de meses atrás descubrimos unos pocos olivos brotando de las raíces antiguas, que fueron plantados hace cientos de años”, subrayó.
“Esta fue una gran noticia para la Región Norte del KKL -prosiguió- y por decisión unánime se decidió sembrar árboles frutales, incluyendo algarrobos, higueras, granados y otros, en un área de alrededor de 200 dunam, para restaurar el paisaje original.”
La plantación y cuidado de este bosque está a cargo de decenas de miles de voluntarios de Israel y el extranjero, incluyendo soldados, estudiantes, empresas, grupos de Birthright, misiones del KKL, particulares y familias.
“En el bosque Carmel estamos viendo cómo la naturaleza inicia su proceso de renovación al día siguiente que se apaga el fuego; queremos intervenir lo menos posible, pero le daremos una mano donde sea necesario”, prometió Silko.
“Me consuela un poco el saber que nuestros nietos podrán disfrutar de un bosque mucho más diverso e interesante que aquel con el cual crecimos”, finalizó el guardabosque.
Fuente: Itón Gadol