Una investigación israelí podría llevar a un avance en el diagnóstico del autismo
Se ha encontrado, por primera vez, un método que podría identificar precisamente un signo biológico de autismo en niños muy pequeños. Los cerebros autistas exhibieron una sincronización significantemente más débil entre áreas del cerebro atadas al lenguaje y la comunicación, en comparación con los chicos sanos.
Científicos del Instituto Weizmann de Israel encontraron un método que podría llevar al desarrollo de herramientas para un diagnóstico temprano de autismo en niños.
Todavía no se entienden las causas biológicas del autismo, y su diagnóstico es solo posible luego de los tres o cuatro años. Pero la investigación de Weizmann, que ha recientemente aparecido en la revista de ciencia Neuron, ha encontrado, por primera vez, un método que podría identificar precisamente un signo biológico de autismo en niños muy pequeños.
Al escanear la actividad cerebral de los niños cuando duermen, los científicos descubrieron que los cerebros autistas exhibieron una sincronización significantemente más débil entre áreas del cerebro atadas al lenguaje y la comunicación, en comparación con los chicos no autistas.
Junto con los científicos del Instituto de Ciencia Weizmann, el equipo también incluyó investigadores de la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de California, San Diego.
“Identificar signos biológicos de autismo ha sido el principal objetivo de muchos científicos de todo el mundo, tanto porque le podría permitir un diagnóstico temprano, como porque puede proveer a los investigadores con pistas importantes sobre las causas y desarrollo del desorden”, dijo el compañero posdoctoral Dr. Ilan Dinstein, miembro del grupo del profesor Rafael Malch, quien encabezó el estudio en el Departamento de Neurobiología del Instituto Weizmann.
Muchos científicos creen que las defectuosas líneas de comunicación entre diferentes partes del cerebro están involucradas en el espectro de los desórdenes del autismo pero que todavía no ha habido modo de observarlo en niños muy pequeños, que no pueden recostarse dentro de un scanner de resonancia magnética mientras están despiertos.
El trabajo del grupo Malch apuntó a una solución para este problema. Sus estudios han mostrado que incluso durante el sueño, el cerebro no se apaga del todo. De hecho, la actividad eléctrica cerebral cambia a una fluctuación espontánea. Estas fluctuaciones son coordinadas en los dos hemisferios del cerebro de hecho que cada punto del hemisferio izquierdo está sincronizado con el correspondiente punto del derecho.
En los niños pequeños mientras dormían, la resonancia mostró la baja de niveles de sincronización entre las áreas del cerebro izquierdo y derecho que se sabe que están involucradas en el lenguaje y la comunicación. Este patrón no fue visto en niños con un desarrollo normal o en aquellos con un desarrollo del lenguaje retrasado que no son autistas.
Los investigadores encontraron que esta sincronización estaba fuertemente vinculada a la capacidad de los niños autistas de comunicarse: Más débil era la sincronización, más severos eran los síntomas de autismo. En la base de los escaneos, los científicos pudieron identificar al 70% de los niños autistas entre la edad de uno y tres años.
“Esta medida biológica podría ayudar a diagnosticar el autismo en etapas muy tempranas. El objetivo de un futuro cercano es encontrar marcadores adicionales que puedan mejorar la precisión y confiabilidad del diagnóstico”, dijo Dinstein.
Fuente: Itón Gadol