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El dispositivo de búsqueda se dispuso en 40 cuadras de ese barrio porteño, para contar con suficientes unidades de búsqueda e impedir cualquier escape de los sospechosos, que habrían argumentado ser refugiados que escaparon de su país. La irregular situación generó alarma y las autoridades nacionales decidieron no emitir opinión sobre este tema hasta tanto avance la investigación en manos del juez federal Luis Rodríguez.

Desde Interpol se había confirmado que los pasaportes utilizados por la pareja no correspondían a reales ciudadanos israelíes y los buscados fueron detenidos en un apart hotel ubicado en Lavalle al 3000.

El hombre de 27 años se habría identificado como Sajjad Naserani y habría aportado el dato de su profesión de fotógrafo, mientras que la mujer, supuestamente de nombre Mahsoreh Sabzali, aseguró tener 30 años y ser ingeniera y arquitecta.

Al ser arrestados, los sospechosos aseguraron haberse escapado de su país a través de Turquía y que su viaje siguió hasta Grecia, donde habrían sido expulsados como ilegales, aunque lograron llegar a España, donde habrían obtenido los pasaportes adulterados con los que simulaban ser una pareja israelí. Con esa documentación volaron a la Argentina y arribaron el martes pasado al aeropuerto internacional de Ezeiza.

En los pasaportes figuran otras identidades y se consigna Jerusalén como lugar de nacimiento, incluso esa ciudad aparece como el lugar donde fueron emitidos los documentos de viaje, en ambos casos el mismo día: el 7 de agosto de 2017.

No es la primera vez que parejas de origen iraní intentaron entrar en forma clandestina a nuestro país. Algo similar ocurrió pocos días antes de la cumbre del G-20, cuando fue detenida en la ciudad salteña de Orán una pareja iraní que había ingresado desde Bolivia por un paso no habilitado.

Días sensibles

La anormal situación con los ciudadanos iraníes que ingresaron con pasaportes de Israel llamó más la atención por la cercanía con una de las ceremonias de recuerdo a uno de los dos atentados terroristas cometidos en Buenos Aires. El 17 de marzo de 1992 estalló un explosivo frente a la embajada israelí y, al igual que lo ocurrido con la bomba que destruyó la AMIA dos años después, las investigaciones judiciales siguieron líneas sobre la posible participación de Irán en esos ataques.

Como ocurrió con la pareja iraní arrestada en Salta en los últimos días de noviembre pasado -deportada por las autoridades tras la cumbre de presidentes-, esta nueva situación detectada por las fuerzas de seguridad nacionales sucedió en días en que las autoridades están particularmente atentas a cualquier anormalidad.

En el allanamiento concretado en el apart-hotel en el barrio de Abasto, las autoridades secuestraron celulares y equipos fotográficos que serán peritados para intentar determinar si la pareja cometió algún otro delito, además del ingreso ilegal en nuestro país. Situaciones de esas características disparan inmediatas alarmas internacionales y el caso fue informado a los representantes de Israel en la Argentina, quienes habrían colaborado en la investigación sobre las identidades falsas empleadas por los iraníes.

Más allá de la investigación judicial, las autoridades argentinas se inclinarían por activar un mecanismo de expulsión de la pareja, dado que por lo menos está comprobado que ingresaron en la Argentina con documentación falsificada.

Las relaciones con Irán se mantienen a nivel comercial, aunque en el aspecto político tienen una fuerte tensión por la decisión del Gobierno de sostener los pedidos internacionales de captura contra varios exfuncionarios iraníes, acusados por la investigación judicial argentina como instigadores del mortal ataque a la AMIA.

Incluso Cristina Kirchner tiene un procesamiento con prisión preventiva dictado por el juez federal Claudio Bonadio en la causa derivada del acuerdo firmado durante su presidencia con Irán.

Se investiga si ese "entendimiento" entre ambos países fue producto de una negociación secreta por la cual la Argentina se comprometía a retirar los pedidos de captura internacional a cambio de un incremento del intercambio comercial. Se sospecha que el fortalecimiento del vínculo de Irán con el gobierno kirchnerista tuvo como soporte la buena relación de las dos partes con el chavismo.

Fuente: La Nación