Otras 56 personas murieron ayer en Siria, un día después de que el Consejo de Seguridad de la ONU fracasara en su intento de aprobar una resolución impulsada por países árabes y occidentales para frenar la represión ordenada por el presidente Bashar al Assad, debido al veto de Rusia y China. A su vez, Estados Unidos propuso ayer crear una coalición internacional para apoyar a la oposición de Siria.
La secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton, advirtió que el riesgo de "una guerra civil brutal" aumentará conforme los sirios atacados por su gobierno se empiecen a defender, a menos que con medidas internacionales se ofrezca otra salida. "Ante un Consejo de Seguridad neutralizado, tenemos que redoblar nuestros esfuerzos fuera de Naciones Unidas ", dijo Clinton al proponer que los "amigos de la siria democrática" se unan para "apoyar el derecho del pueblo sirio a tener un mejor futuro". También anunció que reforzará las sanciones a Siria.
Mientras tanto, soldados rebeldes dijeron que el uso de la fuerza era ahora la única manera de derrocar al presidente Al Assad. El régimen sirio prometió por su parte endurecer la represión militar.
Ante la persistencia de la violencia, el veto chino-ruso del sábado en el Consejo de Seguridad de la ONU a una resolución de condena a la represión en Siria provocó la indignación en el mundo árabe, en las potencias occidentales y en el seno de la oposición Siria .
El canciller francés, Alain Juppé, dijo por su parte que la Unión Europea "endurecerá aún más las sanciones contra Siria" para "aumentar la presión internacional" hasta que "el régimen se vea obligado a constatar que está totalmente aislado y que no puede continuar".
El secretario general de la Liga Arabe, Nabil al Arabi, anunció que la organización panárabe continuará con sus esfuerzos con el régimen sirio y con la oposición para poner fin a la violencia en Siria y evitar una intervención militar extranjera. Opositores sirios afirmaron ayer que el veto chino y ruso era una "licencia para matar", mientras Rusia anunciaba que su canciller discutiría en Damasco "reformas democráticas" rápidas.
La violencia de ayer causó 28 muertos civiles: 23 en la región de Homs (centro), dos en Daraya (suburbio de Damasco) y tres en la región de Idleb (noroeste).
Además perdieron la vida 28 soldados del ejército regular: 14 en la región de Idleb, 7 en Hula (área de Homs), 3 en Zabadani (cerca de Damasco) y 4 en Deraa (sur), según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), radicado en el Reino Unido.
Según la entidad cinco niños figuran entre las víctimas.
Las fuerzas del régimen sirio continuaban disparando obuses ayer en Homs, donde los habitantes temen una nueva masacre en la región tras la cometida la noche del viernes, según militantes contactados. El sábado 48 personas murieron, la mitad civiles, además de los 230 muertos la noche del viernes al sábado en un bombardeo en la ciudad de Homs, según el OSDH.
El régimen desmintió este bombardeo y acusó a la oposición de haber incitado un "ataque terrorista" para influir en el voto en la ONU.