El presidente egipcio, Hosni Mubarak, abandonó junto a toda su familia El Cairo y llegó a la ciudad turística de Sharm el Sheik, en momentos en que los manifestantes, indignados tras su polémico discurso de ayer en el que desafió diciendo que no iba a renunciar, redoblan la apuesta y llevan las protestas hasta la sede del palacio presidencial.
Mubarak viajó junto con su familia para la localidad turística de Sharm el Sheik, a orillas del mar Rojo, en la península del Sinaí, adonde el mandatario tiene una residencia de vacaciones.
Mientras, las calles de la capital siguen siendo un caos hoy viernes, día de rezo musulmán y desde hace tres semanas día clave en las protestas. Además del campamento y las largas columnas en la Plaza de la Liberación, epicentro de las mayores revueltas, las protestas llegan hoy al palacio presidencial, en el barrio de Heliopolis, y al edificio de la televisión estatal.
En un esperado discurso plagado de rumores de renuncia, Mubarak anunció ayer que se mantiene en el poder pese a la presión popular para que renuncie, que hoy ya cumple el 18° día de protestas. Provocando el rechazo de la calle, anunció que delegaba poderes a su vicepresidente, Omar Suleimán, pero que permanecerá en el cargo hasta las elecciones presidenciales de septiembre, a las que ha prometido no presentarse.
En tanto, el Ejército egipcio anunció hoy que garantizará las reformas democráticas prometidas por el régimen, entre ellas "elecciones libres y transparentes" y advirtió "contra todo ataque a la seguridad de la nación y de los ciudadanos".
En un comunicado leído por la TV estatal, pidió a los manifestantes que dejen las protestas así puede levantarse el estado de excepción que rige desde hace 30 años, cuando Mubarak llegó al poder. Así, anunció que pondrá fin a la Ley de Emergencia "inmediatamente después de que acabe la situación actual".
El consejo también "subrayó la necesidad de un retorno al trabajo en los establecimientos del Estado y de un retorno a la vida normal", en un esfuerzo por poner fin a una sublevación popular sin precedentes.