Egipto vuelve a ser protagonista de la Primavera árabe que comenzó en sus plazas para derrocar al ex presidente Hosni Mubarak, en el poder desde 1981.
Las manifestaciones que se han organizado cada viernes en la plaza Tahrir (que significa liberación en árabe) han pasado a ser diarias. Centenares de miles de personas han abarrotado la plaza y ya se han creado cuerpos de voluntarios para ayudar a los que han decidido acampar allí.
Las marchas se han extendido también por otras ciudades del país, como Alejandría, donde ha muerto una persona y 60 más han resultado heridas. Pero la plaza Tahrir en El Cairo es el centro de la revolución y en donde se han producido también las mayores masacres. Al menos 33 personas fueron asesinadas por las Fuerzas Armadas en los últimos días, lo que no ha amedrentado a los manifestantes. Al revés. Este miércoles se organizó la Marcha del millón, que colapsó el centro de la capital egipcia, y para este jueves se espera una convocatoria que mantenga el pulso contra la Junta Militar que sustituyó en el poder a Hosni Mubarak.
Las Fuerzas Armadas, que colocaron un Gobierno interino tras ser depuesto Hosni Mubarak el 11 de febrero de 2011, comenzó a posponer continuamente las elecciones presidenciales, mientras el Ejecutivo continuaba con la represión. Finalmente se convocaron comicios legislativos para el 28 de noviembre, pero la violencia y los muertos diarios que cargaba la Junta Militar sobre sus hombros comenzaron a pesar cada vez más, hasta que de nuevo el estallido social que inspiró la revolución árabe por otros países, como Yemen, Siria y Túnez volvió a su punto de origen: la plaza Tahrir.
Amnistía Internacional
da a conocer ahora las novedades y diferentes maneras que tienen el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de reprimir mientras trata de contener las revueltas. La ONG advirtió que le han llegado informes de fuentes médicas que denuncian la
extraña muerte de algunos egipcios por sofoco después de inhalar gas lacrimógeno. En declaraciones a la cadena
Al Jazeera, el estudiante de oftalmología Khalid Hamdi, que trabaja como voluntario en una clínica improvisada en la palza Tahrir, aseguró:"Estamos viendo muchos desmayos y eso no lo habíamos visto antes". Hamdi añade que "
el 70% de los heridos llegan sin conocimiento. La gente viene con asma, con convulsiones.
Eso no sucedía antes".