El diplomático egipcio fue citado a la cancillería a raíz de las declaraciones del primer ministro egipcio Essam Sharaf, quien expresara recientemente a un diario turco que "los Acuerdos de Camp David no son sagrados" y "están siempre abiertos a modificaciones". Sharaf manifestó que la apertura para la negociación del tratado "beneficiaría a la región y a una paz más justa".
Los oficiales israelíes le dejaron en claro al enviado egipcio que esa opción no está sobre la mesa.
Durante los 30 minutos de entrevista, el director del Ministerio de Exteriores, Rafi Barak, subrayó que "desde el punto de vista de Israel, no hay ninguna intención de reabrir los acuerdos de
paz y esa medida no puede tomarse unilateralmente".
Barak precisó, haciendo notar la molestia de la cancillería, de que "a la luz de las problemáticas declaraciones y de la importancia que le adjudicamos a las relaciones egipcio-israelíes, estamos muy preocupados por las declaraciones realizadas por un alto oficial egipcio. Me opongo a esas declaraciones, y un cambio en el tono y del nivel de confianza entre ambas partes es fundamental para la relación".
Los acuerdos de Camp David, de 1979, incluyen una cláusula que permite a cada una de las partes firmantes pedir la renovación de las discusiones sobre los artículos en el tratado de paz.
Desde el derrocamiento del ex presidente de Egipto, Hosni Mubarak, un creciente número de egipcios han pedido activar la cláusula que de tal modo que le permita a Egipto transferir fuerzas militares al Sinaí, que según el tratado original debe ciontinuar siendo una zona desmilitarizada.
