Maximiliano Katz, director del Centro de Monitoreo y Lucha contra el Antisemitismo, dijo que el uso común de esta palabra rumana es ofensivo.
El funcionario argumentó que la palabra era “escuchada por los judíos cuando eran subidos a los trenes de la muerte”, refiriéndose a la masacre de cientos de miles de esos ciudadanos rumanos en la Segunda Guerra Mundial.
“La Academia Rumana ha adoptado una expresión profundamente antisemita y la transformó en una palabra legítima”, agregó.
El diccionario explica que se utiliza en un sentido “familiar”, pero omite que es antisemita.
La carta de dos páginas señaló que el insulto “es racista, muestra odio hacia la raza judía, odio hacia la religión judía, difama a los judíos por motivos étnicos e incita a la violencia en su contra”.
A su vez, añadió que el uso de la palabra es ilegal en Rumania, ya que una ley prohíbe símbolos de carácter fascista, racista o xenófobo y está penado con multas y prisión.
Katz alertó que su grupo había registrado un incremento del antisemitismo en las publicaciones por Internet en ese país. ”Estamos viendo en ellas un aumento drástico de los intentos de culpar a los judíos por la crisis económica”, denunció. Rumania tiene menos de 6.000 judíos, muchos de ellos ancianos.
En las últimas semanas, grupos de derechos humanos gitanos o romaníes acusaron a la Academia Rumana de racismo por su definición de la palabra “gitano” como “pueblo con malos hábitos”.
La Academia no respondió, pero el director del Consejo Nacional para Combatir la Discriminación del Parlamento, Csaba Ferenc Asztalos, quien también recibió una copia de la carta, dijo estar de acuerdo con el grupo judío. “Su solicitud está justificada”, aseguró.
Fuente: Itón Gadol