La iniciativa se inició en 2008 y es patrocinada por “Tuesday’s Children” (“Los niños de los martes”), una asociación creada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, que fue un martes, para apoyar a los familiares de las víctimas.
"Pensé que sería extraño, que íbamos a estar aquí y que me iba a sentir incómoda todo el tiempo”, dijo Mijal Tenenbaum, de 17 años, cuyo padre murió en el atentado al AMIA, en declaraciones que reproduce el diario Daily Mail en su sitio en Internet.
Mijal, quien en principio confesó que no estaba segura de que sería divertido ser parte de la experiencia cuando asistieron al campamento del año pasado en Belfast, Irlanda del Norte, afirmó que “es bonito tener amigos de todo el mundo que entienden de lo que estás hablando”.
Por las mañanas, los adolescentes y jóvenes participantes en el campamento, con edades de entre 15 y 20 años, mantienen discusiones de grupo. Por las tardes, se dedican a actividades deportivas, musicales o artísticas.
El décimo aniversario del 11 de septiembre no ha sido un foco importante del campamento de este año, aunque dentro de las actividades de este año, los chicos están pintando un buzón que se instalará en el Monumento a 9/11 en la Zona Cero, que sirve como receptáculo simbólico de los mensajes de paz de todo el mundo.
Los jóvenes hablaron sobre la muerte de Osama Bin Laden y el sentimiento que despertó en cada uno de ellos tras conocer la noticia.
“Aquí sientes una conexión profunda: una de mis amigas ni siquiera habla bien inglés, pero aún así pude comunicarme con ella y estrechar una amistad duradera”, aseguró Caitlin Leavey, de 20 años, cuyo padre, bombero, murió en la tragedia de las Torres Gemelas.
Por las mañanas, los jóvenes asisten a las clases y grupos de discusión sobre la paz y la resolución de conflictos. Este año el tema era la dignidad: cómo los terroristas se la llevó, ¿cómo se puede recuperar, y cómo se puede fomentar en los demás.
"Yo quería convertir mi tragedia en algo positivo", dijo Leavey, que propuso impulsar como carrera el estudio sobre la paz y los conflictos en la Universidad de Nueva York y lleva un collar con el nombre de la compañía de bomberos de su padre, Ladder 15.
El campo de Project Common Bond toma un enfoque más internacional cada temporada. Este año, el campamento de ocho días instalado en el campus de una escuela privada de niñas, a unos 40 kilómetros al oeste de Washington, contó con la participación de ocho países, incluyendo, por primera vez, Rusia y Sri Lanka.
Varios de los chicos que participan en el encuentro regresan cada año por amistad, sentido de comunidad y experiencias compartidas. Sus vidas están determinadas por acontecimientos extraordinarios, pero que en este encuentro se sienten normales.
"Es tan simple aquí", dijo Julie Griffin, 19 años, cuyo padre fue asesinado el 11 de septiembre, para resumir el sentimiento que inunda a muchos de los chicos.
Fran Furman, director de Tuesday’s Children, describió “lo difícil” que es para los chicos explicar y vivir este momento de pérdida de un familiar por un ataque terrorista.
Otro campamento, llamado America’s Camp, para víctimas del 11-S, tendrá lugar dentro de dos semanas en Hinsdale, en Massachusetts, pero Project Common Bond es el único con participantes internacionales.
Fuente: AJN (Agencia Judía de Noticias)