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Muchas personas minusválidas pronto podrán usar sus narices para escribir, manejar una silla de ruedas y navegar en Internet gracias a un dispositivo desarrollado y testeado por médicos en Israel.
El dispositivo trabaja con la aspiración – o respiración a través de la nariz -  que involucra al paladar blando en el techo de la boca, según un estudio publicado el lunes en los Procedimientos de la Academia Científica Nacional de los EE.UU.
El paladar blando está controlado por nervios craneales que “quedan siempre muy bien conservados incluso luego de un daño severo”, explicó Noam Sobel, profesor de neurobiología en el Instituto Weizmann en Rehvot, Israel, y uno de los autores del estudio.
“Es por eso que los parpadeos pueden ser usados para comunicarse con personas gravemente heridas, porque esa parte de sus ojos también está controlada por los nervios craneales”, dijo Sobel.
El profesor trabajó con otros científicos del Instituto Weizmann y la facultad de medicina Sackler en la Universidad Tel Aviv para desarrollar una manera de convertir las inhalaciones – que el dispositivo mensura como presiones nasales – en señales eléctricas.
El aparato consiste en una pequeña cánula, como los tubos utilizados en un hospital para dar oxígeno a los pacientes, que se pone en la apertura de las fosas nasales y está conectada a un sensor de presión. Los individuos sanos que lo probaron aprendieron rápidamente a jugar a la computadora y escribir oraciones aspirando.
Alentados por los resultados de los participantes sanos, los investigadores decidieron testear su dispositivo en cuadriplégicos y personas paralizadas, pero que tienen las facultades mentales intactas.
Una mujer que sufrió este tipo de parálisis luego de un ataque, hace siete meses, tuvo que volver a aprender a aspirar. Pero, luego de tres semanas, pudo utilizar el aparato para escribir.
“Empezó a usarlo enseguida. Primero respondiendo preguntas y, luego de unos días, generó su primera comunicación significativa después del ataque, que era un profundo mensaje para su familia”, dice el estudio.
Un hombre había estado paralizado por 18 años y sólo se podía comunicar pestañando. Con el artefacto pudo escribir su nombre luego de 20 minutos de habérselo enseñado.
Una mujer cuadriplégica con esclerosis múltiple pudo escribir por primera vez en 10 años gracias al aparato. También aprendió a mover el cursor en una computadora y ahora lo utiliza para navegar en Internet y escribir e-mails, resalta la investigación.
“El dispositivo nos permite comunicar con discapacitados severos, aún cuando ellos no pueden pestañar”, explicó Sobel.
Luego de su éxito en ayudar a una gran cantidad de personas minusválidas a comunicarse, los investigadores decidieron ir más allá en la tecnología y crearon un código que permite que la silla de rueda sea manejada por las inhalaciones de la nariz.
Según Sobel, si el artefacto se produce en masa, será muy accesible. “Debería costar $10 o $20, no más. Es baja tecnología y simple. Esa es una de las cosas que más me gustan”.