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Hamas podría asegurarse la plena apertura de los cruces de Gaza con la liberación de Gilad Shalit, el soldado israelí que tiene secuestrado desde junio de 2006, aseguró hoy, miércoles, su padre, Noam, ante parlamentarios latinoamericanos y europeos que participan de una conferencia en Jerusalem, informó el diario israelí The Jerusalem Post.
"La situación humanitaria podría aliviarse en unos pocos días si Hamas aprobase" una propuesta de Alemania, de hace seis meses, para intercambiar a 1.000 prisioneros de seguridad palestinos en cárceles israelíes por su hijo dijo.
Noam Shalit explicó que la negativa se debe a que los intereses políticos de la organización que controla Gaza son más importantes para ellos que las condiciones restrictivas bajo las cuales vive la población de Gaza como consecuencia del embargo.
Y los organizadores de los seis barcos dirigidos a Gaza que fueron interceptados hace diez días también estaban políticamente motivados, ya que rechazaron su propuesta de permitirles atracar en Gaza a cambio de entregarle una carta y/o un paquete a Gilad, contó.
Noam Shalit denunció que Hamas está violando el derecho internacional e ignorando el Informe Goldstone sobre Gaza de la ONU, que sostiene que su hijo debe ser liberado y, hasta tanto, deben permitir que lo visite la Cruz Roja Internacional.
Nadie más que Hamás ha visto a Gilad desde su secuestro, aseguró su padre, quien recordó que el Parlamento Europeo pidió por su liberación y una resolución similar probablemente sea aprobada por el Senado de los Estados Unidos, no obstante lo cual "no estamos suficientemente satisfechos" con la reacción de la comunidad internacional.
"El secuestro de Gilad suele ser olvidado en medio de todos los otros problemas que existen en Medio Oriente”, pero la gente no entiende que “pequeño problema” es “un cuello de botella y a menos que sea resuelto, no podrá haber demasiado progreso con los palestinos”.
“Por eso esperamos que los países del mundo libre y moderno les exijan a los palestinos que esta cuestión se resuelva", dijo Noam Shalit ante unas 300 personas, entre ellas más de 40 funcionarios de gobiernos de América Latina y Europa, además de ministros israelíes y del alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, anfitrión del encuentro de cuatro días que organiza una ONG cristiana pro israelí.