Mientras la jueza Iehudit Shevaj leía la sentencia, Katsav fue abrazado por su hijo, y ambos comenzaron a llorar. Luego Katsav gritó a los jueces: "¡Están todos equivocados, todo es mentira! ¡La sentencia es un error! ¡Guardar silencio no es una admitir la culpa!"
La corte dictaminó que Katsav debe cumplir siete años de cárcel, dos años de libertad condicional y pagar 100 mil shékels a su víctima de violación, una ex empleada de la Secretaría de Turismo, y 25 mil shékels a cada una de las demandantes del caso.
Katsav preguntó a su hijo, "¿Ha habido algún ejemplo en la historia donde los acusados lucharon por la verdad y triunfaron? ¡Están todos equivocados, y se demostrará! ¡Usted se equivoca, señora! ¡Usted ha cometido una la injusticia! ¡El fallo está errado! ¡Usted deja que la mentira triunfe!"
"¡Las mujeres saben que mienten! ¡Saben que
mintieron, se están riendo de la sentencia! ¡Su señoría sabe que mintió!", expresó el ex representante del Estado.
El abogado de Katsav, Zion Amir, trató de calmar a Katsav, pero el ex presidente siguió arremetiendo contra los jueces. El juez George Kara, le dijo a Katsav que hay canales establecidos para la presentación de una apelación, pero Katsav siguió interrumpiendo el proceso.
"¡No me permitieron llamar a testigos, su señoría, no permitió a admitir la evidencia! ¡Usted me hizo callar durante el transcurso del caso!", dijo Katsav.
La jueza Shevaj no respondió a los arrebatos de Katsav y continuó a dando lectura a la sentencia.
Al retirarse de la corte, Amir calificó la decisión como "un día triste para el Estado de Israel". "La corte nunca ha hecho declaraciones tan duras, desde la Fiscalía General a los agentes del orden público", dijo el abogado.
Amir criticó el hecho de que ningún juez tuvo en cuenta de que "durante los últimos cuatro años, el sistema legal anuló los derechos del acusado".
El abogado de Katsav dio a entender que su cliente apelará la sentencia.