La ausencia de control civil "ya no puede ser tolerado" afirmó Janin, presidente de la Comisión de Salud y Medio Ambiente de la Knéset (Parlamento).
Janin señaló que el reactor, situado a 30 kilómetros de la falla sirio-africana, debe ser modernizado, pero esto se ha hecho sin ayuda internacional, porque Israel no ha firmado el Tratato de No Proliferación nuclear, indicó Janin.
El experto nuclear Uzi Even urgió al gobierno a tener en cuenta los daños que causaron el terremoto y el tsunami en la central nuclear japonesa.
"El reactor de Dimona es viejo. Tiene casi 50 años. Su punto
débil está en el sistema de enfriamiento. Venimos advirtiendo desde hace años que hay que cerrarlo y construir uno nuevo", dijo el profesor de química y científico nuclear.
El desplazamiento de las dos placas tectónicas que conforman la falla sirio-africana provoca movimientos sísmicos. Israel ha registrado hasta ahora solamente pequeños temblores, en los últimos tiempos; aunque los expertos advierten que un terremoto de grave intensidad podría ser una cuestión de tiempo.
Sin embargo, otros expertos manifiestan que la central de Dimona está integrada por un reactor diseñado para la investigación, (no para la generación de electricidad) y por lo tanto, maneja un volumen de material radioactivo mucho menor que las centrales japonesas que han sido dañadas por la catástrofe natural.