El proyecto, de trascendencia nacional y regional, se estudiaba desde hacía años y su alto coste lo ha retrasado una y otra vez hasta que hoy el Consejo de Ministros que preside Biniamín Netanyahu le ha dado finalmente luz verde.
"En la próxima década nuevas potencias emergerán y el Estado de Israel debe velar por sus intereses vitales desde el punto de vista de la seguridad nacional", dijo al aprobar una infraestructura que conectará el centro del país con la ciudad más distante, Eilat, a unos 300 kilómetros.
La importancia estratégica de la línea ferroviaria, según Netanyahu, es que otorgará a Israel "un seguro" frente a cualquier acontecimiento en la región que cierre el Canal de Suez, en el territorio egipcio.
"Tenemos la capacidad de crear una ruta alternativa de transporte que rodea el canal", declaró en la sesión según un comunicado de su oficina.
La posibilidad de trasladar mercancías de un mar a otro por tierra y en sólo dos horas transformará también el tráfico comercial en la región, ya que mercancías de Asia con destino a Europa podrían cruzar del puerto de Eilat a los puertos mediterráneos de Ashdod o Haifa, sin necesidad de usar el ya de por sí saturado canal.
Israel estudiará tres vías de financiación para el proyecto, que incluyen fondos públicos y privados y la posible participación de algún gobierno extranjero.
El diario Yediot Aharonot señaló la semana pasada que una de las posibilidades que se estudia es entregar toda la construcción al Gobierno chino, que se encargaría del diseño, mano de obra y explotación.
La nueva vía tiene también el objetivo de facilitar la exportación de gas natural, después de que un consorcio israelí-estadounidense descubriese recientemente en el Mediterráneo uno de los yacimientos de gas natural más grandes de los hallados en la última década en todo el mundo.
"El tren y las reservas naturales de gas de Israel (en el Mediterráneo) pueden consolidar fuertes lazos en los campos económico, energético e industrial", aseguró el primer ministro.
Según el plan preliminar, la nueva línea tendrá unos 350 kilómetros de largo y deberá estar lista cinco años después del inicio de la construcción. El tren tendrá una velocidad máxima de 300 kilómetros por hora y completará el trayecto en dos horas y medio.