El pronunciamiento israelí, emitido en diversas conversaciones privadas al máximo nivel, marca un tono de tensión con vistas a las reuniones que tendrán lugar los próximos días en la Casa Blanca y el Capitolio.
Los Estados Unidos sostienen desde hace meses conversaciones con Israel para persuadirlo de que el ataque asestaría sólo un revés temporal al programa nuclear iraní.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa, Ehud Barak, han expresado la postura a enviados estadounidenses del máximo nivel, entre éstos, el presidente del Estado Mayor Conjunto, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca y el director del espionaje nacional, así como legisladores.
Todas estas personalidades han intentado estrechar la brecha de confianza entre Israel y los Estados Unidos en torno a la manera de afrontar las pretensiones nucleares de Irán.
Netanyahu pronunció el mismo mensaje a todos los enviados estadounidenses que han viajado a Israel para conversar sobre el asunto, dijo el funcionario estadounidense que solicitó mantenerse anónimo para hacer declaraciones sobre estas delicadas conversaciones estratégicas.
La Casa Blanca no respondió a las llamadas para que hiciera declaraciones al respecto en tanto que el Pentágono así como la Oficina del Director de Espionaje Nacional declinaron hacer comentarios, al igual que la embajada israelí.
Irán asegura que su programa nuclear tiene propósitos pacíficos, pero para el Organismo Internacional de la Energía Atómica ha sonado la alerta de que el enriquecimiento de uranio en ese país podría ser preludio de la fabricación de armas atómicas. Los Estados Unidos, en tanto, han dicho que desconoce si Teherán ha decidido canalizar sus materiales nucleares a la fabricación de ojivas nucleares para colocarlas en misiles u otros artificios bélicos.