Esta manifestación en las calles de Jerusalén, al término de varias semanas en las que salieron a luz conductas de discriminación de los ultras contra mujeres en la vía pública y otras actitudes que atentan contra los derechos de la ciudadanía israelí, parece haber sacado de su apatía a la mayoría laica en Israel .
El sacrilegio de uno de los símbolos más sagrados de la sociedad israelí –el Holocausto– por parte de un grupo de ultraortodoxos judíos, demostró el abismo existente entre sectores de la sociedad israelí. De hecho, todo comenzó dos semanas atrás, con el caso de la joven Tania Rozenblit, que se convirtió en heroína por la simple decisión de oponerse a decenas de violentos ultraortodoxos que le exigían sentarse en la parte de atrás de un colectivo "como corresponde a las mujeres".
La actitud de Tania brindó a otros la valentía para protestar contra una serie de actos discriminatorios por parte de los ultrarreligiosos . La protesta de laicos y moderados se concentró en la ciudad de Beit Shemesh, donde grupos "ultras" han logrado imponerse. Como respuesta, el sábado a la noche se manifestaron los "ultras" como judíos en el Holocausto, lo que elevó aún más la tensión.
El rabino Yitzhak Weiss, organizador de la protesta, afirmó que el uso de simbología nazi fue intencional y denunció una campaña de los medios seculares en contra de su comunidad, como ocurrió en el pasado nazi. Los "ultras" imponen su voluntad gracias a formar parte de la coalición de gobierno, aplicando limitaciones sobre la vida de las mujeres judías como no había ocurrido nunca antes en Israel.