La investigación, llevada a cabo con entrevistas a unas 3.000 mujeres, muestra también que un 21 % de las que han sufrido acoso en el centro de trabajo consideran que su productividad laboral se reduce una media del 30 %, informó el diario Haaretz.
Además, una décima parte de las trabajadoras que se sienten acosadas o bien tienen que abandonar el puesto o son despedidas.
Más de una tercera parte sufre el acoso de su superior directo, mientras que un 26 % asegura que el acosador, si bien no tiene un cargo inmediatamente superior, ostenta un puesto de categoría superior en el lugar de trabajo.
Tres terceras partes de las víctimas permanecen en su mismo puesto y lugar de trabajo y un 30 % asegura que el acoso continúa.
La mayor parte (un 60 %) de las encuestadas aseguran no saber a quién recurrir si sufre acoso en su trabajo y solo un 7,6 % de las acosadas dicen que han interpuesto una queja por los abusos.
La difusión del informe coincide con el escándalo que ha producido la publicación en los últimos días de un caso de acoso sexual en la Oficina del Primer Ministro, Biniamín Netanyahu.
Natan Eshel (foto), jefe de la oficina del jefe del Gobierno, se ha visto obligado a tomarse un permiso laboral de diez días mientras es investigado por las acusaciones que hicieron contra él tres empleados de ese despacho gubernamental que afirman que acosó sexualmente a una empleada.