Las nuevas normas, aprobadas en segunda y tercera lecturas parlamentarias, entrarán en vigor a partir del próximo mes de enero, y prevén la reducción de los precios de los combustibles, rebajas fiscales para padres con hijos menores de tres años y el aumento impositivo a las rentas más altas, reza un mensaje remitido por la Oficina del Primer Ministro.
También se ha introducido una enmienda a la legislación impositiva que estipula la entrega de una mensualidad de 418 shekels (83,16 euros) a los padres con hijos menores de tres años.
Por otra parte, aquellos particulares que ganen más de un millón de shekels al año (alrededor de 200.000 euros) deberán pagar un impuesto adicional sobre la renta.
Los impuestos aduaneros serán cancelados para todos aquellos productos que no cuenten con una alternativa producida en el país, y los que se gravan a las compras se reducirán en sectores competitivos como la electrónica.
Por último, los impuestos al patrimonio se incrementarán del 20 al 25 por ciento, según las recomendaciones de la comisión ad hoc creada para luchar contra el descontento por la carestía de la vida en Israel y que derivó este verano en un gran movimiento social.
A principios de septiembre unas 450.000 personas protagonizaron la mayor manifestación en un país de 7,5 millones de habitantes, aglutinando a amplios sectores de la sociedad israelí descontentos con los elevados precios de la vivienda o de productos básicos como el requesón, que no pueden afrontar.