Netanyahu expresó cierta comprensión con los médicos residentes, pero los instó duramente a que vuelvan a las salas; en tanto que más de 300 abandonaron los hospitales.
"Entiendo que el deseo ustedes es mejorar las condiciones de trabajo, pero nadie en Israel está por encima de la ley. Todos estamos obligados a respetar las decisiones de los tribunales. De lo contrario, sería una anarquía", manifestó Netanyahu, durante la reunión semanal de su gabinete, en Jerusalén.
La Corte Suprema exigió a los médicos internos que inicien inmediatamente conversaciones con el Tesoro.
El primer ministro pidió a los médicos residentes que "dejen a los pacientes enfermos fuera de esta lucha".
Los médicos residentes de los hospitales comunicaron al
Supremo su decisión de reanudar las negociaciones con el Ministerio de Economía.
Los médicos llegaron a esta decisión después de horas de un acalorado debate. Sin embargo, declararon que no volverán a trabajar inmediatamente. Primero presentarán un proyecto borrador sobre las negociaciones, y sólo si el Estado lo acepta y la Corte Suprema lo aprueba, regresarán a los hospitales.
Los jóvenes médicos de los hospitales en el centro del país y de Hospital Rambam de Haifa están indignados con las condiciones establecidas en el acuerdo laboral firmado entre la Asociación Médica de Israel y el ministerio, en agosto.
Más de 300 médicos han renunciado y abandonado sus lugares de trabajo, mientras que una docena de especialistas también han firmado cartas de renuncia, pero aún no las han hecho efectivas. La demanda principal gira en torno a la duración del contrato, que exigen que esté en vigor sólo durante tres o cuatro años, y no los nueve años acordados por la Asociación Médica.
Una manifestación en apoyo a los médicos residentes en lucha fue llevada a cabo por la Asociación de Estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea de Jerusalén.