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Durante este tiempo se ha señalizado la judería, se ha limpiado y acondicionado parte de la necrópolis judía, y se han celebrado unas jornadas de difusión de la herencia judía de Uncastillo que este fin de semana alcanzarán la octava edición. 

Pero el mayor y más importante descubrimiento de la judería de Uncastillo se ha producido recientemente en la rehabilitación de un edificio en el centro de la judería, adquirido en 2004 por la Fundación Uncastillo, y que ha sido objeto de una minuciosa restauración durante estos años, por importe total de casi 200.000€, financiados por el Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Zaragoza. En el transcurso de dicha intervención, fueron apareciendo algunos restos de estructuras arquitectónicas y otros objetos muebles que confirmaron lo que la tradición oral de Uncastillo ya venía afirmando desde siglos atrás: Nos encontramos ante una parte de la Sinagoga Medieval de Uncastillo. 

Esta afirmación se sustenta en tres argumentos que, aislados, no son concluyentes, pero que juntos consideramos que son definitivos: 1.- La Tradición Oral. Como decíamos, desde, al menos, finales del siglo XVIII se tiene constancia de que a ese edificio se le llamaba “la sinoga” o “la sinagoga”. 2.- Los restos materiales: La aparición de algunos objetos durante la excavación arqueológica, y en especial una cerámica con la estrella de David en un estrato medieval, confirma la presencia de una comunidad judía en el inmueble. 3.- Lo más importante: Las estructuras arquitectónicas medievales, en especial las imponentes columnas alineadas conservadas in situ, los restos de otras columnas, las dos puertas simétricas colocadas en la planta baja y primera, en un edificio que no pudo ser de uso privado, situado en un lugar que los textos medievales describen como apropiado para que se ubique la Sinagoga. 

El tratamiento que hemos dado a los restos encontrados ha sido del más absoluto rigor. Si hay una palabra que define nuestra intervención en la judería de Uncastillo y en este edificio es la de AUTENTICIDAD. Todo se encuentra en el lugar exacto en el que apareció, sin alteración alguna. Las columnas están tal y como nos las encontramos, igual que un gran recipiente de piedra de una sola pieza, y que estamos estudiando en estos momentos. La decisión sobre cómo musealizar el espacio ha sido precisamente la de no musealizar, y únicamente colocar un par de carteles y una vitrina con los objetos encontrados en dicho edificio (estrella de David y otros), y no añadir ninguna otra pieza, aunque fuera de otras ubicaciones dentro de Uncastillo. 

Y la visita al edificio será también muy especial. Sólo en grupos de máximo 15 personas, sólo en visita guiada, y con un contenido muy riguroso y evocador, que pretenderá que todos los visitantes se trasladen en el tiempo para conseguir transmitir toda la carga simbólica que tiene un espacio tan singular. 

Por lo tanto, nos encontramos ante un descubrimiento de gran relevancia para el patrimonio judío en especial, y cultural aragonés en general, que consideramos puede ser un revulsivo muy importante en el desarrollo de un proyecto cultural, patrimonial y turístico en Uncastillo, las Cinco Villas y la Provincia de Zaragoza. 

Fuente: Egea Digital- Fundación Uncastillo