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01-08-2011

Refranes para homenajear a la abuela judía y preservar el ídish
Javier Sinay

Editorial Sudamericana reeditó Pu,pu,pu, de Graciela Lewitan, un libro de culto con proverbios en el dialecto judío y traducidos al español.

Cuando hace 12 años murió la bobe Tchisze, Graciela Lewitan no sabía que estaba a punto de comenzar un capítulo inesperado en su vida.

La bobe era una polaca de Varsovia que había llegado a la Argentina en 1928, casada, y con hijos argentinos. La relación con su nieta Guitele (“Gracielita”) era cercana y cómplice. Las dos mujeres compartían charlas largas y cigarrillos prohibidos. La abuela evocaba, por ejemplo, los lejanos días en los que había querido estudiar la Torá, sin poder aceptar que a las mujeres por entonces les estuviera prohibida. “Era una polaca típica: hablaba castellano como una gringa, su lengua madre era el ídish”, cuenta ahora Lewitan, médica ginecóloga.

Con la bobe Tchisze aprendió dichos y canciones en esa lengua europea panjudaica que tomaba raíces del alemán y del hebreo (y que fue cayendo en desuso luego de que el Estado de Israel eligiera hablar un hebreo moderno). Mucho tiempo después, cuando la abuela murió y su nieta –ya adulta– la lloró, todo ese bagaje cultural volvió con fuerza. “Cuando mi bobe murió empecé a recordar sus dichos en ídish: se los decía a mis hijos y de pronto aparecían otros en mi mente. Cuando me decidí a escribirlos, me di cuenta de que tenía una cantidad impresionante”, sigue Lewitan. Su improvisada antología de cuaderno encontró destino de libro rápidamente. Bastó con dividir los refranes por tema, traducirlos y anotar su significado. Publicar un libro sería la mejor manera de hacer un duelo constructivo por su abuela Tchisze. “Así la tendré siempre presente”, pensó. Encontró ayuda en el IWO (el instituto de ídish que depende de la AMIA) y finalmente publicó Pu, pu, pu en una editorial independiente en 2001.

La primera edición de 3 mil ejemplares se agotó. Los lectores respondieron enviándole a la autora más refranes y proverbios judíos. Lewitan los volcó en ¡Oi vei! (2009) otro volumen también editado de manera alternativa.

Ahora la editorial Sudamericana (propiedad del gigante Random House Mondadori) se interesó por el primer libro y lo acaba de publicar, confirmando el éxito espontáneo del refranero ídish.

En Pu, pu, pu hay dichos sobre los hijos, sobre Dios y sobre los tontos; hay maldiciones e insultos, piropos y salutaciones; hay vulgaridades y sabiduría popular. “El que más me gusta es uno que le escribió mi bobe Tchisze a mi hijo en un libro: ‘No te acuerdes cuando lo mires, sino míralo cuando te acuerdes’ . Hace referencia al recuerdo de los seres queridos”, cuenta. “ Que crezcas como una lámpara: siempre colgada ”, “ No por la culpa está el culo gordo ” y “M ejor con un ladrón conocido que con un rabino extraño ” sirven como muestra de lo demás.

“Hay una avidez por dichos en ídish y creo que tiene que ver con la necesidad de recordar lo que nos decían nuestras bobes y nuestros zeides (abuelos)”, considera la autora. “Creo que hay mucha gente que, si bien no comulga con la colectividad, ha mamado un poco de judaísmo en la infancia y se acuerda de ciertos refranes”, agrega.

En Argentina, el célebre Eliahu Toker (1934–2010) había publicado su Refranerito ídishy su Refranero judío , ambos en español. Lewitan fue un paso más allá: cada proverbio de su libro está escrito en ídish antes que en castellano.

“El ídish es un idioma simpático. Y si bien parece un poco duro, tiene en realidad algo dulce y diminutivo”, asegura. Sobre esta lengua pende la amenaza de la desaparición. Pu, pu, pu contribuye a su vitalidad cotidiana.

Fuente: Revista Ñ, Clarín

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