"De acuerdo a la Constitución y a las leyes de Estados Unidos, una agencia gubernamental (...) debe cumplir las leyes federales y estatales, incluyendo la Primera y la Decimocuarta Enmienda" que garantizan la libertad de expresión, se puede leer en la última entrada del blog de Pamela Geller.
La directora del colectivo American Freedom Defense Initiative denuncia además que la MTA, que "ha autorizado muchos anuncios polémicos" en el pasado, no puede decidir "qué es bueno y qué discursos están prohibidos", aunque opinó que no debería permitir mensajes antijudíos.
"En cualquier guerra entre el hombre civilizado y el salvaje, apoye al hombre civilizado. Apoyo a Israel y derrota para la yihad", afirma el cartel que la MTA prohibió la semana pasada publicar en los pasillos del metro de Nueva York.
"Con nuestro anuncio queremos decir que no hay comparación o equivalencia entre la violencia de salvajes que tiene como objetivo a la población civil y la lucha civilizada de Israel por sobrevivir
en una parte del mundo donde el comportamiento civilizado está ensombrecido por el terrorismo y el despotismo", añade la mujer.
Geller arremetió así contra la MTA después de que la empresa responsable de la red de transporte público de Nueva York calificara el cartel de "inaceptable" porque "degrada a un individuo o un grupo de individuos", informa el New York Daily News.
La misma agencia sí dio el visto bueno hace dos semanas a otro anuncio todavía presente en los pasillos del metro que pide al Gobierno de EE.UU. poner fin a su ayuda militar a Israel, que levantó indignación entre la comunidad judía.
"Ponte a nuestro lado. Nosotros estamos al lado de la paz y de la justicia", se puede leer en aquellos carteles, colocados cuando estaba a punto de comenzar la Asamblea General de la ONU en la que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, pidió unilateralmente el ingreso formal de Palestina como miembro de pleno derecho.
Geller ya protagonizó el año pasado otra polémica al publicar un mensaje en los autobuses de Nueva York en contra del centro cultural islámico que se iba a abrir cerca de la "zona cero" con una foto de una de las Torres Gemelas justo cuando estaba a punto de estrellarse contra ella uno de los aviones durante el 11-S.