“En algún momento tiene que haber algún grado de cordura y renunciamiento” porque “las reglas del juego son que el Estatuto determina que es un gobierno parlamentario”, reclamó.
El presidente de Avodá prometió que “el Frente Comunitario tratará hasta último momento de que haya una sola lista para que no tengamos que elegir entre dos listas antagónicas”, lo cual “nunca ocurrió” en la historia comunitaria, como tampoco hay antecedentes de la situación actual.
“Es malo que en la Kehilá haya un gobierno de uno solo y pretender que la pelea comunitaria sea ortodoxia sí o no porque todos pertenecemos a la misma cultura”, reflexionó, para luego citar a Maimónides, quien “dijo que el judaísmo es un pueblo, que tiene principios y formas de vida más importantes que la religión, como la educación y la justicia”.
Por ello “pretendemos un gobierno ‘de pared a pared’, como siempre y en todas las instancias”, anticipó quien dijo ser “optimista” de poder conseguirlo.
De todos modos, Borisonik aclaró que “no es un tema de repartir cargos, sino de buscar a los mejores hombres para cada lugar”.
Y en una llamativa definición, que el tiempo revelará si fue aleatoria o intencional, sostuvo que “alguien de Likud o de los renovadores podría ser el vicepresidente 1º, aunque sacaron pocos votos, y sin embargo hay un hombre (sic) que puede ser fantástico” para ese cargo.
Si bien se negó a responder por quién se inclinaría el Frente si tuviese que optar entre la ortodoxia y Acción Plural, el presidente de Avodá recalcó que “lo más importante es el cumplimiento de nuestros ideales y proyecto” y admitió que éstos están más cerca de la segunda que de la primera.
Borisonik subrayó que “un 60 por ciento de los asociados no votó por la ortodoxia, que no es una mínima parte de la comunidad, pero tampoco el 40 por ciento que se reflejó en las urnas”, razón por la cual “desde Avodá tendríamos que hacer un mea culpa de por qué hoy no tenemos tantos asociados en la Kehilá que no sean ortodoxos”.
También se esperanzó con un presidente no ortodoxo e incluso no descartó a Luis Grynwald, pero únicamente como postulante de consenso, aceptado por el oficialismo, lo cual consideró muy improbable, a pesar de la reciente “cumbre” de éste con el referente del Bloque Unido Religioso, el rabino Samuel Levín.
“Los ofrecimientos de la lista de Grynwald a los ortodoxos fueron dos cargos en el Ejecutivo, están los papeles presentados”, ejemplificó.
“Capaz que eso es incorrecto porque tuvieron el 40 por ciento...”, porfió el presidente de Avodá.
Borisonik memoró que “intentamos formar un frente” no ortodoxo antes de los comicios, “pero los personalismos no lo permitieron”.
En clara alusión a Plural JAI, el presidente de Avodá aseveró que “no se puede llevar adelante el proyecto personal de una persona”, por el propio Grynwald.
Respecto de la respuesta de este movimiento, que acusó al Frente de “personalismo” justamente por vetar a su candidato, el presidente de Avodá afirmó que “eso es querer rascarse la oreja con la otra mano, y saben que no es así: nuestra campaña no fue agresiva, ni de enemistad, fue de unidad”.
Borisonik tampoco cree plausible que un eventual acuerdo entre ambas fuerzas mayoritarias deje con cargos menores en la conducción a su partido, que hoy cuenta con la Secretaría General, entre otros puestos.
Por el contrario y pese a negar cualquier ambición de Avodá de recuperar la conducción de la AMIA, impulsó que “cualquiera de todos los hombres probos que se presentaron en todas las listas puede ser presidente”, pero sólo mencionó a uno.
“Algunos hablan de la candidatura de Alberto Crupnicoff, que ya fue presidente dos veces”, recordó.
“El nombre no lo trajo Avodá, fueron otros los que vieron en sus aptitudes e idoneidad a un candidato de consenso, y si todos lo vieran así, sería lo correcto” que asumiera el cargo.
“¿Casualmente es de Avoda? kol hakavod, nos vamos a poner doblemente contentos, pero no buscamos cargos ni nombres”, se atajó.
Borisonik adelantó que “el 29 (de junio) va a haber quórum porque no puede haber un estado de indefinición constante” en la AMIA.
Sin embargo, advirtió que “no nos gusta demasiado este último llamado que aparece desde Plural JAI, en forma elíptica, a que las personas vengan a defender su voto, como si fuesen a presionar a los delegados”.
“En la otra oportunidad (por la asamblea frustrada por falta de quórum) ocurrió lo mismo, y ésa fue una de las razones por las cuales entendíamos que no había garantías suficientes.”
“Esa especie de escrache es una práctica fascista, que en esta comunidad no deben existir, y puede producir otro tipo de efectos, incluso violentos, de los cuales Avodá no se va a hacer responsable”, aclaró su titular.
“Es más, que se hagan responsables quienes lo están haciendo”, desafió.
“Otra cosa es llamar a toda la comunidad a que presencie la decisión parlamentaria y democrática de cuál es la conducción” electa de la AMIA, aleccionó.
Por otra parte, el presidente de Avodá criticó con dureza “cómo se están enfrentando” la ortodoxia y Acción Plural, “incluso con discusiones ridículas porque algunos, para poner más acento en el tema religioso, hablan de que los puntos en los que no están de acuerdo son cementerio y rabinato” cuando “hay un punto en el cual todos dicen que estamos de acuerdo, que es la educación”.
“¿Cuál es el futuro de la comunidad? ¿Cuál es el trabajo contra la asimilación?”, se preguntó en forma retórica.
“Todos los temas son importantes, pero si hablo de continuidad, tengo que pensar más en educación que en cementerio”, se respondió tajante.
Aun así, marcó otra diferencia con los ortodoxos al asegurar que desde el Frente “no tenemos duda en reconocerle a todos aquellos que hayan tenido una conversión que estén en un cementerio judío” y reclamó que el nuevo sector en Tablada, que sería inaugurado -según anticipó- el 7 de julio, “sea para todos, ya sean judíos conversos o de nacimiento, y no sólo un cementerio para conversos porque eso es discriminar”.
e todos modos, admitió que ello es lo que oportunamente se había acordado entre las distintas partes.
“La gran diferencia está en que ellos nos ven como ‘los otros’ y nosotros los vemos incluidos porque somos un todo único; si no fuera así, no estarían prohibiendo que pudiésemos enterrarnos en ese cementerio nuevo”, concluyó.
AMIA: Balance de la gestión saliente
A días del final de la actual cadencia de la AMIA, Borisonik aseguró que “no digo que hicieron ‘plancha’, pero fue una administración en la cual todo prosiguió exactamente igual” que antes, cuando Avodá la presidía.
Los ortodoxos “no fueron inclusivos, sino permisivos, han permitido... son dos cosas distintas”, aclaró.
“Tuvimos una pequeña porción del poder -admitió Borisonik-, y hay que rescatar las cosas buenas que se hicieron: la Secretaría General, Cultura, Educación y Juventud funcionaron muy bien porque tuvieron efectos en la comunidad, y diría que fueron las únicas”, señaló, en intencionada referencia a las áreas manejadas por Avodá.
A diferencia de otros sectores comunitarios, el secretario legal y apoderado de la entidad entre 2002 y 2004 no criticó la relación entre la Kehilá y el gobierno: “El que se consigan más subsidios o se acerquen más a la Presidencia son vericuetos que también tienen que ver con las necesidades y con las relaciones que uno tiene en función de que vivimos en la Argentina, y si lo tiene Caritas, ¿por qué no lo va a tener la AMIA?”.
Respecto del asistencialismo, el presidente de Avodá concedió que “la ortodoxia hace bien los deberes”, pero “son menos -de 5.000 a 8.000 entre 230.000 judíos-, tienen menos entre quienes repartir y se nota más”.
“Les es más fácil, nuestra proporción de necesitados es mayor”, señaló.
“¿No se valora lo bueno que hacemos porque no hacemos propaganda? Es equivocado no hacerlo.”
Avodá: Objetivos y desafíos
“A partir de la elección de la AMIA, uno puede hacer una lectura clara de qué es lo que está sucediendo comunitariamente”, explicó el presidente de Avodá a la hora de referirse a los objetivos y desafíos de su flamante gestión de dos años.
“Algunos dirán que en los últimos tiempos Avodá estuvo perdiendo, pero yo diría que estuvimos ganando en conocimiento”, reformuló, antes de llamar a que “los partidos sionistas nos unamos, dejemos a un lado nuestras diferencias, como en la OSA, y trabajemos conjuntamente para dirigir los destinos de todas las instituciones de la comunidad”, ya que “se da una oportunidad única a partir de la inclusión de las sociodeportivas, las comunidades y los templos en la vida política”.
Si bien sugirió que “todos los movimientos políticos y religiosos tienen que tratar de legitimar ante la gente el accionar del dirigente comunitario, para que vea que hacen cosas por ella”, Borisonik admitió que “la falta de dirigentes capaces de dirigir la comunidad es una de las falencias” de la judería local.
Por ello, el presidente de Avodá anticipó “una iniciativa abierta a toda la comunidad”, que consistirá en “tratar de trabajar en distintos centros políticos o sociodeportivas con personas de ese lugar, porque observamos que no se quieren ir de allí, y para eso vamos a necesitar de todos los partidos políticos, movimientos juveniles, jóvenes profesionales...”.
“Entonces, conformemos grupos de trabajo, capacitación y debate, para después llevarlos a coloquios, debates y jornadas hasta llegar a una gran asamblea.”
“Nuestra función como partido político y movimiento sionista es trabajar para que hayas dirigentes que lleven adelante los ideales de la comunidad, ya que lo cierto es que los de Avodá no se diferencian tanto de los de los otros movimientos sionistas”, aceptó Borisonik.
“Esto lo están perdiendo de vista algunos dirigentes viejos, que quieren quedarse en su quintita para tratar de seguir manteniendo esa porción de poder con su sello y decir que, de esa manera, el partido sigue existiendo, pero no se están dando cuenta de que nos estamos quedando sin dirigentes para el futuro, así como nos quedamos sin morim y otros profesionales”, denunció.
Acercar a la juventud
El flamante presidente de Avodá es consciente de que “los socios de la Kehilá tienen un promedio de 67 años, el cual fue bajado en la última gestión gracias a que la ortodoxia hizo socios a muchos jóvenes”, y por ello “en esta gestión nos debemos dirigir a la juventud”.
“Para llegar a los jóvenes tendremos que trabajar sobre aquellas cosas que disfrutan: deportes, el estudio de otras cosas que no tienen por qué ser la Torá, la política comunitaria, nacional e internacional...”, ejemplificó.
“Internet es un instrumento para trabajar con los jóvenes, ya que hoy todos están incluidos en las redes sociales”, agregó Borisonik.
Sin embargo, “el sionismo ha perdido ese charme de querer incluirse en él, y por eso los jóvenes no se sienten parte”.
Para el presidente de Avodá, “mucho ha ayudado la sociedad argentina, que ha sido claramente asimilatoria para nosotros, y un poco algunas instituciones judías a las que les falta educación en el judaísmo, aunque en varias sociodeportivas, que antes estaban alejadas, hay más judaísmo que en ciertos shules”, lo cual “es llamativo”, criticó, sin dejar de rescatar la tarea de los clubes, ya que “a partir de eso es que se sintieron con ganas de incluirse en la vida comunitaria”.
“Nuestra labor será tratar de tener trabajos conjuntos con los otros movimientos sionistas para incluirnos en todos aquellos lugares donde los jóvenes están activando”, desafió.
“La pregunta es por qué esos padres que llevan a sus hijos a una sociodeportiva o un shule no son socios de la AMIA ni se interesan por la actividad comunitaria.”
Borisonik aseguró: “Pese a que la Secretaría de Cultura es de Avodá, deberíamos armar una para jóvenes dentro de ella”.
Con todas esas medidas, los jóvenes “se asociarían a la AMIA porque empezarían a darse cuenta de que la necesitan”, ya que “muchos de ellos todavía la asocian con la muerte”.
El valor de la educación
“Nuestros viejos vivían en conventillos y llenaban los shules de mármoles... hoy, esa plata va a los countries, y no lo digo peyorativamente porque tienen derecho a hacerlo, pero el concepto de ayuda y educación se ha perdido y es un valor que tenemos que elevar”, arengó el presidente de Avodá.
“Ya perdimos una generación, la que pasó o está terminando el shule y tienen este pensamiento sin jinuj y tzedaká que nos llevó a ser grandes”, de modo que “tenemos que empezar a trabajar con los más chicos para que cuando tengan hijos piensen en mandarlos a un shule, o al menos a algún centro judío para que tengan elementos” fundamentales de su identidad.
El ex secretario del Vaad Hajinuj (1993/96) y representante de esa entidad en la DAIA y la Fundación Tzedaká admitió que “Avodá perdió su histórica penetración en las escuelas y quisiéramos volver a tenerla, pero como nos damos cuenta de que en esta integración el partido no puede ser hegemónico, queremos irradiar valores para que los jóvenes entiendan que se deben inmiscuir en la vida comunitaria”.
Como vicepresidente y secretario de la desaparecida escuela Jerusalem entre 1987 y 1991, Borisonik da fe de que “en los shules no se roba, la plata se gasta, pero hoy es imposible pensar que alguien con 2 ó 3 chicos pueda mandarlos a un shule si un arancel completo está alrededor de los 1.900 pesos, y si se incorpora lo que necesita el chico -comedor, vestirse, micro, etc.- estamos hablando de 2.500 pesos por chico”.
“Tres chicos son 7.500 pesos, y si se consigue algún descuento serían 6.800 pesos, ¿cuánto tiene que ganar esa familia? Es una locura.”
El presidente de Avodá anticipó que “si podemos nos vamos a inmiscuir en esto”, pero de todos modos “los padres tendrían que pensar cómo hacer para que un colegio no salga tan caro, y para eso tienen que tener lugares donde conseguir dinero, para poder reducir las escalas de aranceles”.
“Nadie piensa en esto: si no se puede pagar, se solicita una beca, con lo cual se recarga el arancel sobre los demás, o salen a pedirle siempre a los mismos: la Kehilá, Tzedaká, el Keren Hayesod con Volvamos al shule...”, criticó.
“La continuidad pasa por la educación judía formal y no formal, y me refiero a las tnuot”, sentenció.
Críticas a la DAIA
Más allá de que “seguimos insistiendo con ‘un judío, un voto’” (elecciones personales y no institucionales), Borisonik tiene otros reclamos para la representación política comunitaria.
“Queremos una DAIA inclusiva, de todos, con permisividad y no odio hacia los movimientos que consideran adversarios”, en referencia a Avodá, que sería víctima de “algunas personas y pequeños grupos”, denunció quien fuera secretario general de la entidad entre 1996 y 1998.
“Avodá apoyó a Aldo Donzis, pero éste no permitió que alguien de nosotros ingrese a la DAIA”, a pesar de lo cual cuenta con un vocal, Rodrigo Luchinsky, flamante secretario de actas de Avodá que entró a la representación política comunitaria por Bet El. De hecho, fue él quien “llevó adelante el excelente logro respecto de Google”, que lo obligó a que su buscador eliminara sugerencias que remitían a conceptos y páginas antisemitas, destacó Borisonik.
“La DAIA tiene una visión algo olvidada de lo que es la comunidad en sí: observa más lo exterior que lo interno”, criticó.
“El que sea su representante política no significa que se tenga que olvidar de los judíos.”
El presidente de Avodá anticipó que “vamos a trabajar para incluirnos en la próxima gestión de la DAIA porque hay cosas para modificar y tenemos que empezar a tener voz”.
“Las instituciones se están acercando cada vez más a nosotros” con ese fin, se ufanó Borisonik.