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Ilán Sztulman, de 59 años, con partida de nacimiento en San Pablo y emigrado desde muy joven a Israel llegó como embajador a la Argentina el año pasado. Casi, con la misión de empezar desde cero, tras la deteriorada relación de Jerusalem con el gobierno de Cristina Kirchner.



El último sábado, Sztulman fue uno de los invitados a la estancia La Paloma, de Daniel Werthein, junto a un grupo de jueces, políticos, economistas y empresarios convocados por la fundación Tesa (Taller de Economía Sustentable Ambiental) que, bajo la batuta de la economista Susana Pesis, busca conjugar el cuidado del medio ambiente con la actividad económica y la ética.



Sztulman contó allí a Carlos Reyes Terrabusi quien, con TerraGarba es uno de los mayores productores ganaderos, que busca hacer realidad las demoradas exportaciones de carne.



Planea un fuerte impulso a la cooperación entre los dos países. Y admite que “las empresas israelíes, por el daño causado en el gobierno anterior, aún tienen un poco de miedo de invertir en la Argentina”. Lo escuchaban, entre otros, el director general del Indec, Jorge Todesca. Aquí el diálogo con Clarín: -¿Con el cambio de gobierno mejoró la relación comercial?



-El intercambio comercial crece muy despacio, las medidas que fueron tomadas por la administración anterior limitaron mucho y las compañías israelíes aún tiene un poco de miedo de hacer negocios en la Argentina. Hay muchas que están ingresando desde que cambió el gobierno. pero otras tienen temor. Hay, sin embargo, mucho interés. El potencial es enorme.



-¿Cuáles son los sectores que interesan?



-La agricultura y especialmente el riego. En el área de seguridad hemos avanzado, a tal punto que hay conversaciones en firme para instalar una planta aquí, cuyos detalles no puedo revelar. Pero creemos que en agricultura están las mejores oportunidades de cooperación. Nosotros no tenemos terriotrio pero poseemos un gran desarrollo tecnológico. Somos complementarios.



-¿Qué pasa con las exportaciones de carne?



-Israel ha sido un importador muy importante de la carne argentina. Pero ustedes por requisitos o política de la administración anterior, dejaron de cumplir. Nosotros seguimos comprando carne pero a México y Australia. Ahora estamos con el Gobierno volviendo a empezar.



-¿Qué falta para que las empresas israelíes pierdan el miedo?



-En lo político, con el gobierno de Macri, la Argentina cambió muchísimo y hay otro clima para las inversiones. Pero las compañías quieren saber cuál es la perspectiva, si va a perdurar la estabilidad. Se preguntan cuánto dura este proceso para saber si vale la pena invertir mucho dinero y encarar proyectos de magnitud, cuando existe la alternativa de invertir en otros países. En junio enviaremos una delegación de empresas argentinas a Israel para que encuentren socios. Y luego habrá una misión inversa. Israel tiene tecnología y Argentina, un gran nivel intelectual, con universidades de enorme prestigio. Aunque, no consigue hacer negocios con el conocimiento. Nosotros somos muy eficientes en desarrollar empresas y tenemos los fondos para financiarlas. Queremos vincular la capacidad intelectual de la Argentina con la de Israel, no buscamos una relación bilateral, sino de cooperación.



Fuente: Clarin.