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Fuentes consultadas por la Agencia Judía de Noticias confirmaron que “se cambió la rutina de seguridad” en las instituciones judías aunque se negaron a dar mayores precisiones. La medida fue adoptada luego de que el primer ministro Benjamin Netanyahu denunciara “intentos de atacar a israelíes y judíos en todo el mundo”. La Argentina ya sufrió dos ataques terroristas en su historia. El primero ocurrió el 17 de marzo de 1992 con un saldo de 29 muertos y 242 heridos. En tanto que el 18 de julio de 1994, la sede de la AMIA fue blanco de un segundo ataque terrorista que dejó un total de 85 muertos y cientos de heridos. Estos antecedentes obligaron a las instituciones judías a modificar la rutina de seguridad aunque las actividades se desarrollan con total normalidad. “En los últimos meses hemos sido testigos de varios intentos de atacar a ciudadanos israelíes y judíos en diversos países, incluidos Azerbaiyán, Tailandia y otros, y en todos los casos tuvimos éxito en frustrarlos, en cooperación con las autoridades locales”, expresó, por su parte, el primer ministro de Israel a través de un comunicado de prensa. Netanyahu aseguró que “Irán y su apoderado Hezbollah estuvieron detrás de todos” estos ataques. “Hoy hemos sido testigos de otros dos intentos de ataques terroristas contra civiles inocentes, el primero contra una mujer israelí que fue herida en Nueva Delhi y el segundo contra un empleado local de la embajada israelí en Georgia”, puntualizó. En el texto, Netanyahu aseguró que “detrás de estos ataques está Irán”, al cual calificó de “el mayor exportador de terrorismo en el mundo”. El primer ministro anticipó que “el gobierno de Israel y los servicios de seguridad continuarán actuando conjuntamente con las fuerzas de seguridad locales en contra de tales actos de terrorismo”.