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“Esto es una prueba más de lo que venimos denunciando. Es una realidad que no hace ni más ni menos que ratificar que Irán es un Estado terrorista fundamentalista islámico que protege, financia y lleva adelante atentados a lo largo del mundo, de la mano de la organización terrorista Hezbollah, que está encubierta como un partido político”, expresó el primero.
Uno de los impulsores de la iniciativa en Brasil habría sido Mohsen Rabbani, uno de los principales acusados por el atentado a la AMIA, en la Argentina, que provocó 85 muertos y centenares de heridos el 18 de julio de 1994.
Burstein también dijo que es muy probable que intenten desestabilizar alguna comunidad con atentados terroristas. “Está pendiente en el aire algún ataque en la Argentina o América del Sur”, aseguró.
También expresó que su triunfo es “conseguir la mayor cantidad de daños posibles en las vidas humanas” y que “no conocen ni les interesa la paz”.
Por su parte, Reisfeld expresó que el peligro regional existe desde el atentado a la Embajada de Israel en la Argentina, la cual se llevó a cabo en 1992, con una veintena de víctimas fatales y cenetanres de heridos.
“Se sabe que en Brasil hay células terroristas insertadas y no es seguro tener las fronteras abiertas. Hay un video del Centro Wiesenthal que muestra exactamente los grupos terroristas que están en libertad”, explicó.
Además, aseguró que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, tendrá que replantearse las relaciones con su contraparte iraní, Mahmoud Ahmadinejad, y la apertura que tuvo a los inmigrantes iraníes.
“Esto no es nuevo, hace mucho que sucede en Brasil”, dijo.
“Es muy posible que las células tengan conexión con (el atentado a la) AMIA, hay que investigarlo”, aseguró Reisfeld.
Los 20 brasileños -que serían procedentes de Río de Janeiro, San Pablo, Paraná y estados del Nordeste brasileño- habrían viajado en dos fechas diferentes a Teherán, con el apoyo logístico de las organizaciones terroristas Hezbollah y Jihad Islámica.