Pesaj es el nombre en hebreo con que se designa a la Pascua Judía. En ella se celebra la liberación y salida del pueblo judío de Egipto, en donde era esclavo bajo el poder del faraón; y el inicio de su travesía por el desierto cuyo destino final era la "tierra prometida" por Dios. Este relato perteneciente al antiguo testamento presenta un mensaje simbólico que es esclarecedor, potente y terapéutico para personas de todas las religiones, credos o razas. A que me estoy refiriendo?
Como bien sabemos el pueblo judío estaba oprimido bajo el yugo del faraón Ramsés. Era un pueblo de esclavos, que trabajaba arduamente en pos de llevar a cabo los sueños de grandeza del reinado egipcio. Estos hombres sufrían por los maltratos diarios que reciben de sus carceleros pero no se animaban ni se replanteaban liberarse de su condición de esclavos. Era un pueblo que se había acostumbrado a su vida tal como era: sufrida e implacable, pero conocida para ellos.
Cuando Moisés irrumpe en la corte del faraón reclamando el derecho del pueblo judío, su pueblo, a ser libres y partir hacia su "tierra prometida", se produce el primer quiebre de ese estado de sumisión y pasividad. Los judíos comienzan a quejarse y a recriminar a Moisés por su conducta desafiante, la cual les traía mayores castigos y exigencias por parte del faraón. Las diez plagas que Dios envía a Egipto terminan de convencer al faraón que era hora de dejar salir al pueblo judío.
Ahora bien, este pueblo inicia su travesía hacia la "tierra de miel y leche". Importantes estudiosos de la Biblia afirman que Dios ordenó a Moisés emprender por el camino más largo y duro, el desierto del Sinaí, el cual les llevó cerca de 45 años de viaje. Esta elección no era arbitraria, tenía su lógica ya que Dios deseaba que muera la generación de judíos con mentalidad de esclavos (algo viejo tiene que morir para dar paso a un estado nuevo y más integrado) para dar paso a una nueva generación de judíos curtidos y fortalecidos por los desafíos del desierto . Esta era la clase de judíos más apta, hombres con mentalidad libre, para reclamar y conquistar su legado.
Y la historia prosigue hasta que el pueblo judío llega a los tramos finales de su viaje, en donde debe combatir contra pueblos enemigos para conquistar su tierra prometida, resultando victorioso.
Hasta aquí este ha sido un relato bíblico trasmitido de generación en generación. Más si prestamos atención al contenido podremos extraer una enseñanza clarificadora y potente para aplicar en nuestras vidas diarias.
En todos nosotros, sin importar la religión o credo, existe un esclavo sumiso y quejoso, un faraón autoritario- controlador y un Moisés desafiante. Continuamente ambicionamos diversas "tierras prometidas" tales como dinero, relaciones o estados espirituales, que nos obligan a movilizarnos por "desierto desconocidos" que pueden despertar toda clase de temores e inquietudes, aunque también pueden curtirnos como individuos...
El faraón representa nuestro deseo de querer controlar lo que nos rodea ( personas, situaciones de trabajo, etc.) a fin de sentirnos seguros. A veces podemos excedernos queriendo mantener rígidamente situaciones o relaciones personales sin comprender que la vida es un continuo cambio. Quedarnos aferrados al control o a hábitos de conducta que nos enseñaron, nos mantiene cautivos y estancados, tal como estaban los judíos en Egipto. Ramsés es el aspecto de excesivo control y apego que todos tenemos , que conviene trabajar y sacar a la luz de la conciencia para no quedarnos estancados en relaciones de sumisión o autoritarismo con los demás.
Los judíos en Egipto representan un estado de pasividad y comodidad al que muchas veces solemos incurrir en nuestra vida, cuando frente al cambio o posibilidades de bienestar y placer, nos quedamos inmovilizados por temor a experimentar lo nuevo. Es ahí cuando nos volvemos resentidos y quejosos, ya que no actuamos. Esta clase de mentalidad ha sido muy frecuente en el argentino, y es muy limitante, ya que nos mantiene quietos y en un estado de impotencia. Lo más peligroso de ello es que otorgamos nuestro poder a un "Ramsés externo" tales como los políticos o entidades internacionales.
Pero en todo estado de mansedumbre y resignación hay una voz interior, nuestro Moisés, que nos dice que tenemos derecho a reclamar lo que queremos y a vivir libremente. Moisés representa la voz potente en lo profundo de nuestra alma que sabe que podemos y debemos obtener "nuestra tierra prometida" ; pero para ello necesitamos atrevernos a sacudir las cadenas que nos mantienen esclavizados. Para algunos esto puede significar aclarar relaciones conflictivas, para otros ponerse en contacto con su baja autoestima y comenzar a entrenarse para desarrollarla a fin de estar preparado para obtener su "tierra prometida". Reflexionemos, por un momento la cantidad de veces que nos negamos a avanzar por miedo al cambio, que desoímos a nuestro Moisés, prefiriendo permanecer en un estado o situación conocida, aún a costa de enfermarnos.
Pesaj muestra nuestro potencial para dirigirnos hacia nuestros sueños y anhelos. La tierra prometida simboliza el estado de abundancia material y espititual que todos podemos poseer pero también nos da miedo aceptar. El desierto que el pueblo judío transitó durante 45 años, representa el territorio desconocido , aparentemente hostil por el cual necesitamos aventurarnos a fin de entrenarnos y prepararnos para obtener lo que por derecho nos corresponde: nuestro bienestar y placer..!! Pensemos , si el pueblo judío hubiese tardado solo 1 año en llegar a Canaán, hubiese podido conquistarla? Lo dudo pues no estaba preparado para ello. Lograr nuestras metas y sueños implica un proceso interno, sin pausa ni prisa, donde precisamos sacar a la luz nuestros temores, creencias y rencores. Esta tarea bien puede llevarnos mucho tiempo pero sus efectos son increíblemente positivos y sanadores en nuestra vida. Vale la pena confrontar a nuestro "Faraón", sacudir nuestras cadenas , escuchar la voz de nuestro Moisés y arriesgarnos a transitar el desierto de la vida a fin de conquistar nuestras "tierras prometidas". Solo así viviremos responsablemente libres, sin lamentos ni quejas.
Y en este momento de tu vida... Cuáles son tus "tierras prometidas"? Que te está diciendo tu Moisés..? Lo estás escuchando..? O te estás dejando controlar por tu propio faraón..? Cuáles son las cadenas que te mantienen como un esclavo sumiso?
Te estás sintiendo como un esclavo o como un "guerrero del desierto" , libre y entrenado para dirigirse hacia su meta? La elección es tuya. Atrevete a decidir. Animate a explorar.
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