¨Bendito seas Adonai , que nos concediste la gracia de llegar a este tiempo¨....
No es nuestro Rosh Hashana y sin embargo, el bullicio callejero, el aroma de pan dulce recién horneado, los ruidos de las cañitas voladoras, el pago de aguinaldos, los bocinazos, el tumulto en los negocios se filtran en nuestra burbuja comunitaria y nos recuerdan que el 2010 asoma.
Es difícil mantenerse aislado, como judíos nada festejamos, sin embargo no somos inmunes a los saludos de buenos deseos y a los adornos navideños que pueblan la vidrieras.
Las fiestas de fin de año aunque nos rocen contextualmente despiertan sentimientos ambivalentes: convocan recuerdos, promueven discusiones, conmueven y generan una ansiedad angustiante por lo que pudo ser y no fue.
En un contexto mundial, Israelí y argentino tan incierto e inseguro, arribamos a este fin de año gregoriano, que no es nuestro Rosh Hashana pero marca el cierre de un ciclo. Un nuevo año cosmogónico esta por comenzar y nos sorprende preguntándonos, cómo planificarlo ante la desconfianza que inspira las maniobras económico- políticas de los gobiernos de turno, el cambio permanente de las reglas de juego financieras. Eso genera escepticismo y en algunos, una profunda depresión.
En un contexto tan desármonico, grotesco y bizarro, concentrarse en lo que hemos logrado con nosotros mismos, en potenciar la relaciones amorosas: el matrimonio, la comunicación con nuestros hijos, con padres mayores, el cuidado de la salud, equilibrar trabajo y placer, parece de otra dimensión. Sin embargo, esos son los verdaderos parámetros del balance anual.
El Debe y el Haber de nuestros afectos y emociones, son los verdaderos intereses y las reales rentas. Mantener el orden en el caos, el amor en el odio, la sabiduría en la ignorancia, la salud en la enfermedad, la eternidad en el momento transitorio..., esa es la verdadera riqueza.
VALE LA PENA VIVIR
La aparición de las tormentas y su duración no dependen de nosotros y si nos sorprenden en mitad del océano, la clave para salvarse es ...saber flotar. Dentro de la gran comunidad humana, sólo lo somos si actuamos como tales. En los momentos de crisis se reflejan nuestros verdaderos recursos para salvarnos del naufragio: la toma de conciencia. Saber quiénes somos, hacia donde vamos, qué queremos y qué es lo esencial para nuestra ¨humana¨ supervivencia. Eso es lo que nos estructura y le da sentido a la vida.
La solidaridad, la ¨Tzdaka¨ dentro de nuestra Kehila, es testigo de nuestra pertenencia. No vivimos aislados, formamos parte de una gran red, por eso es importante que nos ocupemos que cada uno de nosotros, como pueblo, tenga comida, casa, educación y cuidado digno. Que la Gran Comunidad judía, la ¨Gran Comunidad de la Humanidad¨ lo tenga. Es el derecho de ¨ser humano¨.
Lo verdaderamente ¨humano¨, lo que nos caracteriza como tales, es la solidaridad. Me importa lo que le pasa al otro, porque en definitiva el otro, también soy yo. En el ser, todos somos uno.
MOVER ESTRUCTURAS Y PATEAR TABLEROS
Este final del 2009, no es sólo balance y reflexión sino que también invita a diseñar proyectos. Aunque no sea tan claro el horizonte, es posible dibujar el futuro. Me refiero a pensar qué queremos lograr en este nuevo año que se inicia ¿qué deseamos ver, oír, sentir? ¿Qué deseamos hacer, tener, saber? ¿A donde nos gustaría ir? ¿En que deseamos convertirnos?.
Esbozar objetivos, amigo del alma, escribirlos, diseñar partituras, planificar estrategias para lograrlos, ponerte fechas para hacerlos posibles, hace tangible buenos cambios en tu vida. No es solo formular deseos, pensando que la magia lo hará real . Sino trabajar emocionalmente para bajarlo a la tierra, para tocarlo y visualizarlo.
¿Cómo van esos sueños que acariciamos hace tantos años? ¿Se han realizado del todo? ¿En parte?¿Los hemos archivado?¿O tal vez sustituido por opciones más reales?. Pensar en nuestros sueños, localizarlos, hace posible concretarlos.
Los sueños se hacen tangibles cuando se canalizan en metas.
Los objetivos anuales abarcan las relaciones familiares, personales, los ingresos económicos, la salud, deporte, vida espiritual, apariencia física, educación, tiempo libre, viajes, vivienda, bienes e inversiones. Objetivos que engloban muchas variables de la vida porque la existencia es plenitud y cuanto mas vasta... más rica y profunda es.
Aunque a veces lo parezca, el éxito no viene de casualidad. Se planifica, se trabaja duramente para conseguirlo y mantenerlo. La gracia de obtenerlo viene dado por Hashem ,pero consolidarlo y que dure es un trabajo personal. ¿Qué estas dispuesto a arriesgar para afianzarlo?.
APRENDER A DECIR BASTA
Un nuevo año gregoriano emerge para no resignar nuestros sueños. Ideemos estrategias para que el anuncio del tornado no arranque nuestras raíces. Luchemos por lo que creemos, por lo que queremos, porque esa es la manera de sentirnos vivos, esa es la herramienta que hizo posible sobrevivir como pueblo judio y llegar al hoy.
¿Devaluación? ¿Inflación? El amor a la vida es más fuerte. La construcción de una buena balsa con los verdaderos afectos: la pareja, los hijos, los padres mayores, hermanos, amigos, el amor hacia nuestro trabajo, apelar a las fuentes judaicas para fortificar nuestra fuerza espiritual... nos dio y nos seguirá dando energía para seguir pataleando y divisar el horizonte. Hasta que finalmente el ruido de la tormenta se evapore.. y otra vez el sol tibio vuelva a acariciarnos. Te invito, en este nuevo comienzo amigo del alma ,a prepararnos para concretar nuestras metas. ¿Me acompañas?
Lic. Adriana Serebrenik
http://www.adrianaserebrenik.com.ar
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