"¿ Quién es rico?
Aquel que es feliz con lo que le toca".
Del Talmud
Al escucharte, oí mi propia voz de angustia. Hay tantas cosas difíciles de digerir. Cuando comprendemos que los que amamos no van a cambiar para darnos lo que necesitamos , el verde desencanto aguijonea. Empezamos a intuir que no hay nada que hacer... pero no nos queremos resignar. Un grito profundo de roja impotencia y azulado dolor contornea nuestra garganta. Algunos dejamos escapar un largo y penoso quejido, otros lo acallan y revientan su cuerpo con la explosión de enfermedades.
Tantas cosas escapan a nuestro control ... las reacciones y actitudes de las personas que queremos, son parte de esto. ¿Acaso el ser hijos, amigos, padres, hermanos, cónyuges, alumnos, nos da derecho a pretender que los demás elijan acompañarnos como nosotros quisiéramos?
Algunas personas queridas llegan "hasta ahí" y eligen que no quieren más. Saben lo que esperamos pero eligen no hacerlo. O tal vez, no pueden más y seguimos insistiendo en pedirle peras al olmo. Y ahí comenzamos a escuchar el susurro suave de la enredadera del resentimiento. Y el rencor, querido amigo del alma, es veneno para el corazón.
Las personas actúan siempre de la mejor manera que saben y pueden, dentro de las circunstancias en que se encuentran, solo que su forma de pensar o la situación que están viviendo las lleva a considerar que "lo mejor", no es precisamente lo que, con nuestra particular forma de ver ... lo es.
LAZOS Y NUDOS
Esta realidad, esta actitud que nos disgusta esta aquí. Si la rechazamos, porque no encaja con nuestros deseos o sueños, somos nosotros los que perdemos. Resistirse a la realidad es camino al fracaso. Si aprendemos a cambiar nuestra perspectiva, reconciliándonos con los hechos que no van a cambiar, nos aliviamos. Eso es lo que intento compartir, hoy con vos, querido amigo del alma.
Aceptar que cada uno es responsable de diseñar un infierno o un cielo con la porción de vida que Dios nos entrega es un proceso de maduración penoso y negro ... pero necesario.
No podemos evitar las actitudes de los demás. No poseemos ese poder sobre el otro, solo tenemos control sobre nosotros mismos. Somos lo que decidimos hacer. Somos la sumatoria de respuestas que vamos elaborando. Nosotros somos los que le damos "el poder" de nuestra propia felicidad o desgracia al otro.
La opción es compartir nuestro particular punto de vista. Dialogar para saber hasta cuanto el que amamos, está dispuesto a modificar su actitud y con esa conclusión sin falsas ilusiones, con criterio de realidad pactar un nuevo encuentro humano. Desde la verdad sin expectativas fantasiosas que son las que nos traen sufrimiento. Si necesitamos poner distancia, hagámoslo, si precisamos tomar medidas para protegernos, este es el momento.
Arreglemos este asunto amoroso que nos trae tanto dolor. Resolvámoslo con una nueva actitud. Podemos elegir distanciarnos, tolerar lo que nos disgusta, mirar para otro lado... Pero lo que no vale, lo que es realmente perjudicial para nuestra salud emocional, espiritual y física, es quedarnos paralizados. Sentirnos impotentes, quejándonos, reclamando a los 4 vientos cómo es que nos tocó una experiencia así, despotricar de por vida por esto que nos sucede. Porque de esa forma se nos graba en la cara nuestra rencorosa impotencia, perforando el cuerpo con una intensa angustia que lo intoxica.
Desenmascarar falsas ilusiones, es un trabajo duro que requiere introspección, reflexión, honestidad, tiempo y valor. El sufrimiento siempre trae una lección consigo y sólo si sabemos aprovecharla estamos en el camino de la madurez y desarrollo. Así nos lo enseña el Rabino M M Schneerson, en muchas de sus disertaciones y también en uno de sus libros ¨Hacia una vida plena de sentido¨ . Doblarnos, no es rompernos. Ser flexible y no resistirnos al fluir de la vida es la aceptación que el otro es como es... no como a nosotros nos gustaría que fuera.
La única manera de tratar con el sufrimiento es hacerle frente, mirarlo fijamente a los ojos y aprehenderlo. ¿Qué falsa ilusión esta escondida detrás de él? ¿Qué estamos pretendiendo que no se dá, ni dará?. Esta es la oportunidad dorada de conocernos, de desapegarnos de lo que no nos sirve, de despedirnos definitivamente de nuestras debilidades infantiles de reconocimiento eterno. Sufrir es sencillamente resistirse a la realidad. Nuestros asimientos, falsas ilusiones y condicionamientos nos oscurecieron la visión y ahora cuando tomamos contacto con ella, cuando se nos presenta tal cual es... nos desgarra.
FABULA Y DESTINO
Cuando te escuché, oí mi propia angustia por necesitar que los demás actúen, piensen sientan como vos y yo, amigo del alma. Y sin embargo, si no somos felices con las cosas como son hoy, es difícil serlo alguna vez. Si esperamos salir de la cárcel para ser libres dependemos de quien tenga la llave, nos cuenta Anthony De Mello en su libro ¨El canto del pájaro¨. Aprendamos a sentirnos libres aún dentro de la cárcel, aún en esta dura realidad de darnos cuenta que los que amamos nos dan "hasta ahí", entonces nos sentiremos libres en todas partes. Asumamos nuestra propia responsabilidad: la carga del compromiso de la propia felicidad.
Después de habernos dado cuenta de que no siempre podemos tener lo que nos gusta, disfrutemos, de lo que recibimos: estar juntos en este camino de crecimiento aceptando a las personas que amamos y a nosotros mismos... como somos.
Lic. Adriana Serebrenik
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