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Orico era una atractiva muchacha, de buena estatura, amplias caderas, brazos rollizos y busto generoso. Lo que los djidiós llamamos una “janum” (1)
Muy joven, se casó y muy joven enviudó. De su fugaz matrimonio le quedó Isaquito al que llamaban Chuni. Pasó algunos años llorando al finado y criando a su hijo, pero sus encantos no pasaban desapercibidos para algunos viudos y también unos cuantos solteros.
Para entonces, Chuni ya había crecido y construyó alrededor de su madre un muro para los hombres. Cuando intuía que alguna celestina le hablaba de un candidato, reaccionaba dramáticamente. - Si te casas me mato -, así cerraba la puerta a toda posibilidad.
Chuni creció, se convirtió en un mancebo esbelto y agraciado, de mucho éxito con las chicas. Ni Chuni, ni siquiera Isaac, ahora se hacía llamar Roberto y muchas noches Orico lo esperaba hasta altas horas de la madrugada en que el jóven llegaba a su casa “goliendo” a mujeres según decía su madre. Hasta que un día llevó a su casa a una jovencita muy agraciada e inteligente: Alicia, y la presentó a su madre. Chuni estaba de novio. Ambas mujeres se soportaban diplomáticamente aunque era evidente la antipatía mutua. “no se me va para abayo”, confesaba por lo bajo la futura suegra. Cuando se casaron y Orico fue a vivir con ellos, cada vez que se preparaban para salir, cuando ya los veía “vistidos y atacanados” (3), le agarraban ataques de pulujundría (4). Cuando el hígado o la presión. Había que desvestirse y quedarse con ella.
En fin, corto lo haremos, suegra y elmuera (5), se “quitaron los oyos”. Así fue que ni Chuni ni Roberto, sino Isaac fue a ver al hermano de Orico, Chelomó, y le pidió al tío que le buscara marido a su madre. Hay que decir que Oro, aún conservaba gran parte de su belleza, solo que un poco más gordita, pero ya sabemos, como le gustan las mujeres a los “muestros” (6). Primero hubo que convencerla, pero la cosa no fue muy difícil. Luego, buscar la persona que “hiciera el hecho” (7), y allá apareció Hermá Janula.
Las entrevistas se harían en su casa, con la presencia de Shelomó y su mujer, que además aportarían los manjares para cada reunión. Ya saben: boios, burrecas, travados, baclavá, etc.(2).
La primera presentación fue un sastre del barrio de la Boca, de apellido Chiprut. Flaco flaco, y alto alto, de muy pocas palabras, produjo un evidente desánimo en Orico.
Luego comentaría: “ni tuye, ni muye (8), y es puros huesos el probe, ¡no se quere! (9). Con gran pompa le trajeron a uno desde la ciudad de Concordia; que gozaba de excelente posición económica. Se notaba que estaba bien alimentado, parecía que pesaba casi ciento cincuenta kilos y era bastante mayor.
Su comentario posterior fue: “¡Con esto me vo a echar en la cama?, . Por otra parte, Herma Janula se quedaba con toda la comida que sobraba, cosa que enervaba a Shelomó.
Isaac y su tío se devanaban los sesos buscando una solución al problema con su madre. Una tarde, en el club de Acevedo, Shelomo jugaba una partida de table (10), cuando un morocho y alto de más de cincuenta años bien
llevados, se sentó a mirar el juego. Como le pareció persona conocida, se distrajo pensando quien era y eso le hizo perder el partido. Acsí (11) como estaba, le preguntó al recién llegado:
- ¿Djidió sos tu?, ¿No te acodras de mi Salomonachi?
Hacía más de cuarenta años que nadie lo llamaba así.
- ¿Mushico Buenavida?, - Ahora soy Moshón Buenavida.
Luego de saludarse efusivamente, este encaró directamente.
- Me quiero casar con Orico - Shelomó también fue directo, - barajas, el casino, carreras, “te quedates en los petajim” (12) - Algo me quedó, no soy rico pero tengo lo suficiente para una vejez tranquila.
Shelomó dio por terminada la conversación y se retiró sin saludar al amigo de la infancia que se acababa de reencontrar. Moshón no era hombre de achicarse al primer inconveniente y empezó a merodear por Villa Crespo. A los pocos días, sentado en la ventana del “Moderno Bar” de Gurruchaga y Corrientes, por fin vio venir a Orico por la avenida (Io que no quero y el Dio que me ayuda) (13), pensó. Se tomó un momento para verla bien y se dijo Todavía está iusel (14) la cucuvaia (15). Dio un rodeo para encontrarse frente a ella.
Cuando se encontraron, se dio a conocer y quedaron en hablarse ya que ella debía irse porque la esperaban en lo de su hermano y se le hacía tarde. Ni bien entró a lo de Shelomo dijo: ¿a que no saben con quien me encontré?... ¡Con Moshon Buenavida!
Ese alañari (16) contrabandista, jugador, que se quiere casar contigo, te prohibo que lo veas- gritó el hermano. En eso golpearon la puerta, era Moshón que saludó a todos muy respetuosamente. Visiblemente contrariado, Shelomó le dijo:
- Estábamos por comer, si quieres… (invitándolo de media boca) (17).
- No se molesten – dijo Moshón y volvió a saludar uno por uno dejando para el final a
Orico, a quien le dijo algo al oído.
A los dos o tres días, Isaac llamó a su tío muy excitado. – Mamá se va a casar con un tal Buenavida al que ustedes conocen desde Izmir. Cuando cortó el teléfono, su mujer le contó:
- Algo le diyo al odio cuando estuvo en casa el otro día.
- ¿ Y cualo le disho?.
- ¿Qué se io, lo que le diyo al oido?
Corre que corre, Shelomo fue a lo de su hermana. Ésta, muy tranquila le dijo:
- Lo que ustedes me encontraron, no me gustó, así que me lo bushquí solita.
Hechos los trámites correspondientes, se casaron. Isaac fue testigo por su madre y por Moshon un morocho de aspecto temible que se llamaba Liecer Abulafia.
Del civil se fueron a una confitería. Los novios felices, Isaac y su mujer contentos, Shelomó circunspecto. Luego los acompañaron al puerto a tomar el vapor de la carrera para ir a Montevideo de luna de miel. Cuando Orico iba a subir al barco, su cuñada no aguantó más y le preguntó:
¿Qué te dijo Moshon Buenavida aquel día en casa al oido?
Si Ud fuera Moshon ¿Qué le hubiera dicho a Orico?
Si Ud. fuera Orico: ¿qué le hubiera gustado que le dijera Moshon?
(1)mujer, hembra / (2) comidas y dulces típicos sefaradíes / (3) arreglados / (4) hipocondría / (5) nuera / (6) literalmente: nuestros, para referirse a los sefaradíes / (7) “el gancho”, la presentación / (8) expresión para indicar que no abre la boca / (9) no vale la pena / (10) backgamon / (11) , malhumorado / (12) quedarse sin nada / (13) casualidad, fortuna / (14) linda / (15) bruja / (16) malviviente / (17) de compromiso, con pocas ganas / (18)
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