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Dentro de las llamadas lenguas judeo-españolas está la haketía (jaketía), lengua de los sefardíes del norte de Marruecos. Cuando los judíos fueron expulsados en 1492 de la península Ibérica, un grupo significativo de personas cruzó al África. Al igual que los que se dirigieron a los Balcanes y tierras del Imperio Otomano, llevaron consigo la lengua castellana medieval, que unas décadas más tarde comenzaba a transformarse con el préstamo de términos de la región en que se habían establecido. Es así que a través del tiempo surgió esta lengua de los sefardíes marroquíes del norte.
La haketía se ha formado sobe la base de aquel castellano medieval, al que en distintas etapas se fueron agregando términos del hebreo, del árabe dialectal marroquí y del español moderno, aunque pueden descubrirse algunas palabras originarias del inglés ( Ej.:tetera: tipad, del inglés teapot). Al igual que en el djudesmo o ladino, las raíces de verbos de otro origen (árabe o hebreo) se conjugan de acuerdo a las reglas del castellano.
Cuando los sefardíes llegaron a la región de Marruecos, llevando su cultura europea, aumentaron considerablemente el número de residentes que estaban afincados ya en comunidades como las de Tetuán, Ceuta, Tánger, Melilla, Alcázar, Chauen y Arcila. Más adelante, entre los siglos XVI y XVIII, los expulsados vieron reforzado su número con la llegada de antiguos conversos (marranos).
Las primeras leyes de la comunidad judía de la ciudad de Fez, en el mil quinientos, estaban redactadas en español para los recién llegados y luego traducidas al árabe para los antiguos residentes. Recién al cortarse los lazos con España, es cuando comienza a acuñarse la haketía, que no debe confundirse con la lingua franca de los puertos marroquíes hablada por ese entonces por judíos y comerciantes de otros orígenes para tratar con turcos, griegos, franceses o italianos.
Pasadas unas décadas del corte con España, el castellano de estas comunidades fue diferenciándose del de la península, hablado en la misma época, que había dejado atrás algunos arcaísmos y cambiado numerosos vocablos. Por otro lado, los judíos marroquíes olvidaban palabras o reemplazaban por un sentido práctico, términos que tomaban del árabe dialectal local o del hebreo, constituyendo naturalmente una nueva lengua que evolucionaba, dándole otros sentidos a los términos españoles ya conocidos, formando conjugaciones españolas sobre raíces hebreas y empleando plurales hebreos sobre un vocablo español o árabe.
En los primeros tiempos de la formación de la jaketía, al igual que sus hermanos del imperio Otomano, los judíos marroquíes sostenían que ellos hablaban el castellano, puesto que a pesar de hablar con sus vecinos en árabe o bereber, entre ellos se conducían con la lengua heredada de sus mayores, que escribían con caracteres hebreos.
Pasada la primera mitad del siglo XIX, con Marruecos dividido entre España y Francia y el arribo de las escuelas de la Alianza Israelita Universal, se incorporaron el francés y el español moderno. Es en este momento que comenzó a abandonarse la jaketía en las comunidades, de acuerdo al nivel socio-económico y las influencias del español. Con la independencia de Marruecos, la jaketía recibió un golpe mortal debido a que los judíos se dispersaron por el mundo.
Lamentablemente los investigadores de esta lengua se encuentran con la escasez de escritos e informantes originales. Hay, no obstante, algunas investigaciones que contienen elementos lexicales y tres diccionarios, que ayudan a acceder a un conocimiento de esta lengua de origen sefardí. Pero no obstante se puede hablar de un resurgimiento de la necesidad de documentar y reconstruir la lengua junto a costumbres características de estas comunidades. El Prof. Solly Levy, en su paso por Buenos Aires, remarcó con claridad la importancia del aparato gestual respecto del textual en una lengua que como la haketía, fundamentalmente de trasmisión oral, no han quedado obras literarias, ya que los escritores de la comunidad optaban por el español.
Al igual que en el ladino o djudesmo, esta lengua se escribía con letras hebreas aljamiadas, cuadradas o con cursivas. Es aún discutido el origen del término haketía. La versión más corrientes es la que la considera derivada de la palabra árabe hak y significaría “contar algo con humor”, aunque otra sostiene que deriva de Hakito (diminutivo de Izhak), un personaje humorístico del folklor comunitario equivalente a Djojá de los djidiós de Turquía y los Balcanes.
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