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“Cierto gran peligro es caminar por la mar do no hay camino ni señal del .....”.
(Pedro Medina, 1563).
¿Quiénes apoyaron a Colón en su proyecto? Muchos conversos, tanto religiosos como funcionarios. Pero fue Luis de Santángel un judío “penitenciado”, quien contribuyó materialmente para el éxito de la empresa. No fue Isabel de Castilla con sus joyas, ese es el mito de la historia oficial. Colón estuvo más de seis años en España hasta que los monarcas se interesaron por él.
Fray Diego de Deza, tutor del príncipe Juan de Castilla, fray Antonio de Marchena, de origen converso, astrónomo del monasterio de la Rábida y también confesor de la reina. Entre los conversos influyentes de la corte de Castilla estaba el ama del príncipe, Juana de Bobadilla. Ambas casas reinantes, Aragón y Castilla, contaron con cristianos nuevos que ayudaron a Colón, pero fueron los aragoneses los más comprometidos con la empresa colombina.
¿Fue Cristóbal Colón criptojudío?, es muy posible. El insistía en aparecer como cristiano devoto, vestía el hábito de la Orden Tercera de San Francisco y fue peregrino al santuario de la virgen de Guadalupe en Lisboa como promesa por haberse salvado de un naufragio.
Los indicios sobre el judaísmo de Colón son abundantes. Quizás sus antepasados emigraron después de 1391, año de matanzas en España, instalándose en Génova.
Autores no judíos como Salvador de Madariaga no vacilan en sostener el origen judío de Colón basándose en el símbolo del ángulo superior izquierdo que aparece en las cartas a su hijo Diego (las que no debía leer la reina). Letras hebreas que significarían Baruj Haslem, “loado sea el Señor”; el enigmático signo sólo se encuentra en las cartas de Archivo de los Duques de Veragua. Si bien no hay pruebas consistentes se supone que las cartas estaban escritas en castellano con caracteres hebreos.
Colón establecía la cronología como cuentan los judíos. Menciona la Segunda Casa (caída del Templo); cuando escribe a un amigo converso manifiesta ser “servidor del mismo Dios que crió a David”.
En su testamento destina el 10% para ajuar de las novias (costumbre judía para novias pobres), además “entregar un ducado al judío que está a las puertas de la Sinagoga de Lisboa”.
En definitiva no podemos afirmar que Colón haya sido judío, pero tampoco podemos sostener lo contrario; sólo la tradición oral conserva y transmite lo que es un enigma más de este personaje.
Se ignora dónde están sus restos, ¿Sevilla? ¿Santo Domingo?. La ciencia está trabajando para obtener la respuesta por medio del análisis del ADN de sus familiares cercanos.
Son muchas las incógnitas para quien completó con sus viajes lo que faltaba conocer de este “mundo”, que se intuía, del que se tenían indicios pero que aún se ignoraba en la Europa medieval. Lo que geógrafos y eruditos llamaron “Nuevo Mundo” empezó siendo una idea en la mente de este navegante conocedor de los “caminos del mar”, que buscaba ir a las Indias por el poniente y para quien la palabra “América”, resultó sencillamente desconocida.
¿Quiénes apoyaron a Colón en su proyecto? Muchos conversos, tanto religiosos como funcionario. Pero fue Luis de Santángel un judío “penitenciado”, quien contribuyó materialmente para el éxito de la empresa. No fue Isabel de Castilla con sus joyas. Ese es el mito de la historia oficial. Colón estuvo más de seis años en España hasta que los monarcas se interesaron por él. Los conversos Gabriel Sánchez, Juan Cabrero, Alfonso de la Caballería, de la Casa de Aragón.
Fray Diego de Deza, tutor del príncipe Juan de Castilla, fray Antonio de Marchena, de origen converso, astrónomo del monasterio de la Rábida y también confesor de la reina. Entre los conversos influyentes de la corte de Castilla estaba el ama del príncipe, Juana de Bobadilla. Ambas casas reinantes, Aragón y Castilla, contaron con cristianos nuevos que ayudaron a Colón, pero fueron los aragoneses los más comprometidos con la empresa colombina.
¿Fue Cristóbal Colón criptojudío?, es muy posible. El insistía en aparecer como cristiano devoto, vestía el hábito de la Orden Tercera de San Francisco y fue peregrino al santuario de la virgen de Guadalupe en Lisboa como promesa por haberse salvado de un naufragio.
Los indicios sobre el judaísmo de Colón son abundantes. Quizás sus antepasados emigraron después de 1391, año de matanzas en España, instalándose en Génova.
Autores no judíos como Salvador de Madariaga no vacilan en sostener el origen judío de Colón basándose en el símbolo del ángulo superior izquierdo que aparece en las cartas a su hijo Diego (las que no debía leer la reina). Letras hebreas que significarían Baruj Hashem, “loado sea el Señor”; el enigmático signo sólo se encuentra en las cartas de Archivo de los Duques de Veragua. Si bien no hay pruebas consistentes se supone que las cartas estaban escritas en castellano con caracteres hebreos.
Colón establecía la cronología como cuentan los judíos. Menciona la Segunda Casa (caída del Templo); cuando escribe a un amigo converso manifiesta ser “servidor del mismo Dios que crió a David”.
En su testamento destina el 10% para ajuar de las novias (costumbre judía para novias pobres), además “entregar un ducado al judío que está a las puertas de la Sinagoga de Lisboa”.
En definitiva no podemos afirmar que Colón haya sido judío, pero tampoco podemos sostener lo contrario; sólo la tradición oral conserva y transmite lo que es un enigma más de este personaje.
Se ignora dónde están sus restos, ¿Sevilla? ¿Santo Domingo?.
La ciencia está trabajando para obtener la respuesta por medio del análisis del ADN de sus familiares cercanos.
Son muchas las incógnitas para quien completó con sus viajes lo que faltaba conocer de este “mundo”, que se intuía, del que se tenían indicios pero que aún se ignoraba en la Europa medieval. Lo que geógrafos y eruditos llamaron “Nuevo Mundo” empezó siendo una idea en la mente de este navegante conocedor de los “caminos del mar”, que buscaba ir a las Indias por el poniente y para quien la palabra “América”, resultó sencillamente desconocida.
(*) La autora es antropóloga y profesora de historia. Ha dictado numerosos cursos sobre Cristóbal Colón, siendo el presente texto una síntesis de su clase en Cidicsef.
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