La Voz Judía


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Comunitarias
Un empresario que hace negocios que lo dejan dormir y apoyar la continuidad judía

Por Eduardo Elsztain

El dirigente comunitario judeoargentino, denominado en hebreo "azkan", es un hombre muy peculiar debido a que le dedica tiempo y esfuerzo personal a una actividad que lo absorbe y lo obliga - muchas veces a dejar - de lado obligaciones familiares, sociales, comerciales y/o profesionales.
Por qué lo hace es un interrogante que no siempre es fácil de contestar debido a que los motivos que normalmente aduce van modificándose a lo largo de los años, aunque observando su trayectoria es evidente que tiene una vocación de servicio que apunta a la continuidad de las instituciones en las cuales actúa.
Lo que decimos es aplicable a la gran mayoría de los dirigentes institucionales de nuestra comunidad, que normalmente empiezan siendo líderes en grupos juveniles, que luego - ya casados y con hijos en edad escolar - se convierten en dirigentes de instituciones escolares y después, cuando esa etapa de su vida culmina, se continúan trabajando comunitariamente en a esas instituciones o se integran a otras que tienen objetivos más amplios, como ser instituciones sociales, deportivas, religiosas, de ayuda social, ideológicas y también en las entidades centrales comunitarias.
Esto que decimos es aplicable a la gran mayoría de los dirigentes comunitarios judeoargentinos, pero existen unos pocos a los que su compromiso con el judaísmo los llevan a colaborar e integrar conducciones de varias instituciones, que tienen objetivos disímiles, pero un factor común que las asemeja: la permanente defensa del pueblo judío y la lucha por la continuidad judía, tanto acá como en el resto del mundo.
Son hombres muy capaces, exitosos en su vida comercial y/o profesional, concientes de la gran responsabilidad que asumen, pese a su alta exposición pública, mantienen lo que normalmente se denomina "bajo perfil", es decir que no buscan que se difunda lo que hacen ni el reconocimiento multitudinario, pues saben - como enseña el Midrash - que en el juicio celestial no le preguntaran porque no actuó como Moshé Rabeinu ni Abraham Abinu, sino como él.
TRIBUNA JUDIA quiere en esta oportunidad referirse a uno de estos pocos dirigentes comunitarios judeoargentinos comprometidos con la comunidad y la misión que le ha tocado llevar a la práctica, Eduardo Elsztain.
Este hombre, nacido en Buenos Aires el 26 de enero de 1960, ex alumno del Colegio Nacional Buenos Aires y con estudios en Economía, es el principal accionista de uno de los emprendimientos comerciales más importantes de la Argentina, el Grupo IRSA, una empresa fundada por su abuelo Isaac en 1943, dedicada a los negocios inmobiliarios, de la que se hizo cargo en la década del '80 del siglo pasado y la convirtió en lo que actualmente es: inversora en gran parte de los más importantes shoppings del país, el último de ellos - el Dot Baires Shopping - inaugurado hace pocas semanas; de miles de hectáreas de campos en los que se realiza una importante actividad agrícola ganadera; de varios los hoteles de categoría internacional, de edificios emblemáticos de la ciudad y presidente del Banco Hipotecario, habiendo el Premio Konex en dos oportunidades, en 1988 en la categoría "Ejecutivos del Comercio, de la Banca y de los Servicios", y en el 2008 en la categoría "Empresarios del Comercio y de los Servicios".
Pero no es nuestra intención reseñar su actividad empresarial sino destacar su accionar comunitario, pues a la par que desarrollaba IRSA se integró a la comunidad.
Eduardo Elsztain es un hombre observante, que se adentró en el cumplimiento de las mitzvot en forma paulatina, que usa permanentemente kipa, que se ha convertido en uno de los principales filántropos de nuestra comunidad, apoyando económicamente instituciones de todo orden, entre las que se incluyen escuelas, ieshivot y batei keneset, haciendo de la tzedaká uno de los principios centrales de su accionar.
Casado y padre de cuatro hijos, en toda su actividad, tanto comunitaria como empresarial, demuestra que está orgulloso de su judaísmo, un judaísmo basado en la Torá y el cumplimiento de las mitzvot.
Eduardo Elsztain, ante la evidencia de que muchos jóvenes judíos universitarios están alejados de la comunidad y no saben que significa ser judío, se propuso intentar modificar esa situación, para lo cual estableció, hace unos años, la filial local de Hillel.
Pero su actividad como dirigente comunitario no se circunscribe únicamente a instituciones de nuestra comunidad sino que a principios del año 2005 fue invitado por Edgar Bronfaman, en ese entonces presidente del Congreso Judío Mundial, a integrarse a la conducción de dicha entidad como Tesorero, cargo que mantuvo hasta fines de enero pasado, cuando fue elegido Chairman of the Governing Board (Presidente de la Junta de Gobierno) del Congreso Judío Mundial, una de los más importantes responsabilidades dirigenciales de las organizaciones judías internacionales.
Cómo hace Eduardo Elsztain para poder compatibilizar sus múltiples actividades empresariales con las responsabilidades comunitarias locales e internacionales es una pregunta que seguramente muchos se harán. La respuesta la brindo él mismo hace casi tres años, cuando dio una conferencia a empresarios, referida a que significa ser "emprendedor"
En esa conferencia afirmó "Creo que el emprendedor, así como tiene el espíritu de generar, tiene que tener la habilidad de adaptarse a los ciclos. Hay ciclos buenos y ciclos malos. Y lo importante es saber que uno no maneja los ciclos, y como emprendedor, uno se adapta o se queda afuera. Uno tiene que hacer negocios que lo dejen dormir. Una de las cosas fundamentales como emprendedores es la fuerza de la palabra, que tiene que ver con la opinión del socio, de con quien uno se asocia (…). La piedra estructural de toda compañía, no importa si es pequeña, mediana o grande, es el cumplimiento de la palabra (…). El individuo tiene dos capacidades. Una tiene que ver con el tomar algo para uno y la otra capacidad tiene que ver con la chispa del dar. Cuando da, da alegría. Hay innumerable maneras de volver a dar".
Eduardo Elsztain es un emprendedor tanto en su actividad empresaria como comunitaria, orgulloso de ser un judío raigal en todo los momentos de su vida, que cumple con su palabra, sabe escuchar y ha desarrollado la potencialidad de dar, haciéndolo con alegría, tal cual lo establece la mitzva de la Tzedaká.
Volviendo al interrogante que planteábamos más arriba, "Cómo hace Eduardo Elsztain para poder compatibilizar sus múltiples actividades empresariales con las responsabilidades comunitarias locales e internacionales", seguramente debido a que hace negocios que lo dejan dormir, lo que le permite ocuparse de la continuidad judía, ser presidente de la Fundación Hillel de Argentina, Presidente de la Junta de Gobierno del Congreso Judío Mundial, vivir una vida judía raigal.

 

La Tribuna Judía nro. 9

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