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El Gran Rabino Sefaradí del Estado de Israel, rabino Shelomo Moshé Amar Shlita, Rishon Letzión, visitó la comunidad judía de Buenos Aires durante los días de la festividad de Janucá desarrollando una amplia y variada actividad.
Visitó diversas instituciones comunitarias, entre ellas Ajdut Israel, Talpiot, y Sharei Tefila; fue agasajado con un almuerzo con los directivos de la AMIA, participo del acto central del encendido de la Menorá que efectúa Jabad Lubavitch Argentina y mantuvo reuniones con los responsables de la Shejita de la carne vacuna que se exporta al Estado de Israel. También se entrevistó con el Secretario de Culto de la Nación, embajador, Guillermo Oliveri, en la sede de la Cancillería argentina.
De acuerdo a lo informado por AJN, el Rishón Letzión consideró muy positiva la entrevista con el embajador Olivera, a la que concurrió acompañado por la embajadora Israel en Buenos Aires, Dorit Shavit, y el embajador argentino en el Estado de Israel, Carlos Faustino García.
En el acto central del encendido de la Menora que efectuó Jabad Lubavitch Argentina, donde prendió la primer vela, expresó a los asistentes, entre otros conceptos afirmó “Este es un día que hizo D’s, festejemos y regocijémonos en él. Estas luminarias son sagradas, vienen a marcar nuestro camino en la vida. Estas luminarias generadas por los Macabeos, que entregaron su vida para preservar la santidad del pueblo judío, son las que hoy nos iluminan. Eleven sus ojos y vean en esas luminarias y aunque pasen miles de años, la santidad y vigencia del D’s viviente no va a mermar, no va a disminuir y no se va a debilitar hasta la eternidad. Al lado de estas luminarias asegurémosle al Altísimo que no vamos a claudicar, que no vamos a abandonar estas luces, este mensaje nunca jamás. Proseguiremos con nuestra tradición, aunque muchas veces encontremos dificultades, no nos vamos a caer porque tenemos la fe profunda que el Creador nos acompaña”.
En la comunidad Talpiot, durante la Hajnasat de un Sefer Torá para el Biet Hakneset del minian sefaradí de esa institución, sostuvo “que este Sefer Torá no sea para guardarlo en el Aaron Hakodesh cerrado, está para abrirlo y estudiarlo, para aprender y tenemos la persona que lo haga. El rabino del Beit Hakneset está para exigirle. Más le vamos pedir, más vamos a estudiar Torá, más luz le bajará del cielo para brindarnos esa enseñanza. Por eso los convoco a que vengan todos los días, a una clase de Torá, a una clase de Neviim (profestas), una clase de Halajá (Ley Judía) y por qué no, una clase de Guemara; para seguir creciendo. Este lugar tiene que quedar pequeño. Este Sefer Torá se tiene que multiplicar, que no alcance el lugar y se tenga que construir uno más grande, que la comunidad crezca. El versículo dice: ‘Es mejor el día que uno parte que él que uno llega’. Cómo es mejor el día que uno parte que el uno llega, por qué cuando uno llega comienza a partir. El alma de la personase asemeja al ner, la luminaria, cuando está apagada está entera pero no alumbra, la vida es igual. Cuando uno llega tiene los 120 años para adelante. Pero cuando comenzamos a iluminar se nos va acortando la vida. La vida es finita y hay mucho por hacer, y eso está aquí, en el Beit Hakneset de la mano del rabino. Tenemos que acercarnos a la Torá. Nuestra alma es como una mecha o una vela, y la Torá es lo que brilla en ella y es nuestra obligación hacerla brillar”.
Horas después de iniciarse el octavo día de Janucá, y horas antes de su partida, el Gran Rabino Shelomó Amar dictó una conferencia destinada a la comunidad raigal porteña, que fue una verdadera clase magistral, en el Beit Hakneset Sharei Tefila, en la que partiendo de la Parashá leída ese día en los Batei Kneset, Mikeitz, en la que planteó la necesidad impostergable de estudiar cada día más la Torá, los neviim y dem{as textos tradicionales del AM Israel.
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