En un fallo sin precedentes pero que seguramente tendrá consecuencias futuras, el juez de la Corte de Beit Shemesh, David Guidoni, le ordenó a la Policía de Israel pagarle a Itzjak Davira la suma de 5.000 shekalim más costas legales –lo cual ascendería a un total de 7.000 shekalim- por haberle impedido visitar el Har HaBait. El hecho ocurrió en 5770, cuando un policía le impidió a Davira visitar el Monte del Templo durante Tishá BeAv. Davira se interesa en temas de arqueología y también se ocupa de llevar visitantes al Har HaBait y nunca se le había impedido visitar el sitio sagrado. A él se le dijo que debía firmar en un papel una garantía de que él no se iba a involucrar en nada durante su visita. Mientras él aceptaba firmar, un oficial superior les dio órdenes a sus subordinados para que impidieran la visita de cualquier manera debido a haber estado involucrado en “incidentes” en otras ocasiones. Pese a estos alegados actos, a Davira nunca se le había prohibido antes el ingreso. Por lo tanto él no encontró justificación en la decisión tomada por el oficial. Y cuando preguntó por qué se le impedía en ingreso, el oficial le respondió: “Yo lo diré ante la Justicia”. La Justicia consideró que la decisión no era justificada, especialmente en un momento tan sensible como el de la fecha en que se produjo y cuando no había antecedentes de una prohibición tal, y le ordenó a la policía la suma de 2.000 shekalim por el lucro cesante producido por no poder realizar sus tours al Har HaBait, más 3.000 shekalim por los daños psíquicos y otros 2.000 shekalim por costas legales. Debe subrayarse que de acuerdo a Poskei HaDor, está absolutamente prohibido visitar el Monte del Templo. Hace tres años, en Sucot, el presidente de Israel Shimon Peres visitó la Sucá de Maran HaGaon Rav Elyashiv ZATZAL, y en ella el Rav Elyashiv le pidió especialmente al Presidente Peres que evitara que los judíos visitaran Har HaBait, estableciendo que es un acto considerado como extremadamente provocador para los goim. Maran afirmó que debía hacerse todo lo posible para evitar una guerra religiosa, y que los provocadores estaban jugando con fuego. Según fue informado luego, Maran le explicó al presidente que la Halajá prohibe ir al Har HaBait, pero que en la actualidad con más razón es un acto que puede llevar a una guerra religiosa y a un derramamiento de sangre.
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