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Como viene realizándose desde el año 2004, la AMIA efectuó un acto de homenaje a los desaparecidos judíos durante el último gobierno militar, el pasado 20 de diciembre en la sala de sesiones de la Kehila.
El mismo originariamente estaba programado para el jueves 6 de diciembre, pero debió suspenderse debido a l a las fuertes lluvias que anegaron varios sectores de la ciudad de Buenos Aires.
En esta oportunidad los oradores fueron Benjamín Schwalb, de la Asociación de Familiares de Desaparecidos Judíos en Argentina; el juez federal Daniel Rafecas; Daniel Tarnopolsky, familiar de desaparecidos; y José Scaliter, vicepresidente de AMIA. Agregándose fuera de programa un corto mensaje del secretario general de la DAIA, Jorge Knoblovits, quien solicitó decir unas palabras luego de la alocución de Tarnopolsky.
Estuvieron presentes el Gran Rabino de Argentina, Shlomó Ben Hamu; el ex presidente de la AMIA, Abraham Kaul; Rosa Roisinblit, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; Uriel Erlich, en representación del Ministerio de Educación de la ciudad de Buenos Aires;, el subsecretario de Derechos Humanos de la ciudad de Buen Aires, Claudio Avruj; la embajadora de Israel en la Argentina, Dorit Shavit y el consejero Ofer Moreno.
Mientras que Benjamín Schwalb destacó que fueron muy pocas las instituciones que apoyaron la lucha por conocer el destino de sus familiares desaparecidos judíos y ponderó la actitud de Abraham Kaul por iniciar los actos de homenaje que efectúa la AMIA; el juez Rafecas sostuvo que “La Shoá como los centros clandestinos detención son la demostración del triunfo del mal absoluto”, para luego afirmar que “existe otro factor común entre los dos casos: el antisemitismo, porque para los perpetradores eran un objetivo borrar al pueblo judío de la Tierra”.
Por su parte Daniel Tarnopolsky, único sobreviviente de u na familia que fue secuestrada y desaparecida pronunció un largo discurso que puede dividirse en dos partes. En la primera de ella realizó una dura crítica a las instancias centrales comunitarias, AMIA y DAIA, y al Estado de Israel; mientras que en la segunda se refirió específicamente a los dirigentes que cambian de posición, y traicionan a sus seguidores dando como ejemplo lo ocurrido luego de la elección de la AMIA del año 2008, a la vez que planteó que se tenga cuidado para que un hecho similar no vuelva a ocurrir.
A continuación de las palabras de Tarnopolsky, los miembros de la DAIA presentes: Jorge Knoblovits, Leonardo Feiguin y Marcelo Mann, solicitaron hacer uso de la palabra y el primero de ellos expresó que la actual conducción de la DAIA “va a reparar lo que la DAIA no supo hacer en su momento y va a hacer un acto público de reivindicación para que estos hijos se vuelvan a reincorporar a esta institución”..
Finalmente José Scaliter, que acortó el discurso que tenía preparado, sostuvo entre otros conceptos, “esta impronta antisemita del proceso genocida instaurado en Argentina ratifica el nivel de institucionalización en el que se encontraban ancladas las prácticas discriminatorias antijudías y la percepción global del judío como ‘enemigo’ y, por lo tanto, como ‘víctima especial’. Para luego destacar la relevancia de el acto que anualmente organiza la AMIA, diciendo “Frente a los discursos negadores de la Shoá, como a los que minimizan los actos terroristas y los discursos que dicen ‘basta de hablar de los desaparecidos, esto ya pasó, miremos para adelante... Es fundamental seguir luchando por Memoria, Verdad y Justicia, sin las cuales es imposible construir el presente ni tener futuro”.
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