El hogar es la verdadera fundación. Cuando existe una atmósfera de verdadero gueshmak, estamos en casa. Esa atmósfera es, por lo general, creada por la madre, y así estás en el camino de crear un hábito escencial para favorecer la ideología de ser capaz de echar raíces. Cuando una madre habla naturalmente acerca de Hashem y de lo bueno que El es hacia ella, y cuando les muestra a sus hijos Hashgajá Protis y cómo Hashem la cuida a ella y a su familia, no de un modo empalagoso sino como el camino más natural, como si Hashem fuera parte de lo que hay en el hogar, esto echa raíces en sus hijos. Obviamente, ella y su esposo deber trabajar realmente sobre si mismos para sentir de ese modo, porque los hijos son los mayores detectores en el mundo de la mentira. Entonces, seguramente, ello implica trabajar sobre uno mismo para llegar a ese nivel. Quizás para alcanzar esa clase de gueshmak resulta tan vital el modo que define el Shemona Esrei que rezamos en Iom Tov. Nosotros decimos: “Se alegrarán en Ti, Israel, los que santifiquen Tu nombre”. Si logramos en transmitir esto tan importante a nuestros hijos a través de la observancia de la Torá y de la Mitzvá, acompañada por la idiosincracia de por qué lo hacemos, seguramente seremos agraciados con “bonim ubnei banim, jajamim, unevonim, ohavei Hashem, yirei Elokim, anshei emet, zera Kodesh ba’Hashem dveikim u me’irim et haolam ba Torá ubemaasim tovim”.
|
|
|