La Voz Judía


La Voz Judía
Bendiciones para nuestros primos
Por Rabino Daniel Oppenheimer

Antes que nazca Itzjak - el hijo de Avraham nacido de la propia Sará - quien siguió los pasos de su padre y se convirtió en el segundo Patriarca de nuestra nación, su padre Avraham, no creyéndose merecedor de engendrar otro hijo con su querida esposa Sará, pidió por Ishmael (Bereshit 17:18,20).
Sospechando que si D”s le prometía una milagrosa concepción de padres tan ancianos, esto significaba que Ishmael moriría, rezó a D”s que no eliminara a Ishmael, y que también él viviera con respeto a D”s.

Querido E-milio!
Agradezco el reenvío del e-mail en el que has tenido la deferencia de incluirme junto a tu extensa lista de contactos, así como hizo la persona que tuvo aquella misma atención contigo, quien no quiso ser menos servicial que la persona que se lo mandó a él…
Espero que no tomes como ofensa que te diga que ya había recibido este e-mail cinco veces antes que el tuyo, de parte de otras personas tan consideradas como tú.
Asimismo, he recibido otros mensajes electrónicos escritos con el mismo argumento en el pasado.

Quiero suponer que a esta altura ya habrán recibido tu mensaje unos miles de hermanos judíos, de los cuales un gran porcentaje lo habrá borrado, mientras que otros lo habrán reenviado sin siquiera leerlo con profundidad - y muy pocos lo habrán leído.
Entre estos últimos - sospecho - habrán muchos a los que solamente sirvió para irritarlos, y casi nadie lo estudió con seriedad y haya reflexionado sobre el tema…

El único motivo por el que respondo tu misiva, es que sé que eres creyente en D”s y en la veracidad de la Torá. De otro modo, lo que sigue no tendría mucho sentido para ti. Espero que este escrito ayude a ver ciertas situaciones desde la perspectiva de la Torá.


Corre el año 2012 (del calendario gregoriano).
Más de la mitad de todos los judíos del mundo viven hoy en la tierra de Israel. Este es un fenómeno increíble - a pesar de estar expresamente vaticinado en la Torá - que costó mucho sacrificio y esfuerzo realizar.
Sin embargo, y a pesar de las ilusiones de quienes se asentaron en la tierra, existe otro fenómeno desafortunado con el que se vive hace casi un siglo: la continua y creciente beligerancia de (gran parte del) mundo islámico hacia nuestro pueblo.

Si bien en las duras contiendas armadas que se cuestionaba la supervivencia de Israel, D”s los protegió de sus enemigos (que eran numérica y militarmente muy superiores), no deja de preocuparlos la “Intimada” y la abierta belicosidad de los adversarios que amenazan con sus misiles y posibles armas nucleares.

Más allá de las cuestiones estratégicas, hay números que son impresionantes: los musulmanes - según distintas encuestas - son más de mil millones que viven en todas las latitudes de este globo (frente a unos escasos 12 millones de los nuestros).
El poder económico que está en manos de los musulmanes también es astronómico, gracias al petróleo que constituye un comodity imprescindible para el mundo industrial.

Supongo que lo que más llama la atención son las muy publicitadas extravagancias - lujosísimas y prohibitivas - en las que derrochan el dinero los jeques de ciertos países que exportan petróleo y no saben qué hacer con tanto dinero… y que ciertamente provocan que la envidia se sume a la aprensión y desconfianza inducidas por los años de hostilidad.
Detengámonos en este punto, pues debe ser analizado minuciosamente según nuestra creencia - y no simplemente por los sentimientos.

Por empezar, no olvidemos que somos fieles a la Torá y que tenemos la certeza en que solamente se cumplirá lo que en ella dice, pues es la Palabra de D”s. Toda especulación humana es fútil frente a lo que determine el Todopoderoso.

Las agresiones y el terrorismo, duelen - y mucho. Mas, aun si efectivamente nos incumbe protegernos, y obviamente invocar al Único, Quien decide el curso de la historia, no somos quiénes para “dictarle” a D”s lo que deba hacer y cómo lo deba hacer.
Sin duda, el futuro nuestro no se definirá por la “hinchada” que haga la gente a favor o en contra de los musulmanes, ni tampoco se definirá por avalanchas de e-mail.
A D”s no le impresionan estas políticas, ni tantas otras que podamos idear los seres humanos.

Vayamos, pues, a las fuentes y estudiemos qué es lo que nos enseña la Torá acerca del futuro de Ishmael, hijo del patriarca Avraham y progenitor de los musulmanes.
Tres veces se menciona que los descendientes de Ishmael serían bendecidos.

La primera aconteció antes que nazca el propio Ishmael. Sará, esposa de Avraham, al no tener hijos, sugirió a su marido que tome a Hagar, su sierva, como esposa.
Así se hizo, pero cuando esta quedó inmediatamente embarazada, ella, la anterior esclava, se tornó altiva frente a su ama despreciándola públicamente. Sará la sometió, y Hagar se escapó de la casa y perdió el embarazo.

Rambá”n señala que este acto de Sará fue “una gran falta que cometió involuntariamente”. Este desliz, por parte de Sará, provocó el sufrimiento del que padecemos a manos de los descendientes de Hagar hasta el día de hoy (escrito en el siglo XIII, mucho antes del comienzo de la “Intifada”…).

Fue entonces cuando se le presentó un emisario de D”s quien la instó a volver con Sará y sojuzgarse a ella. Asimismo, le hizo saber que volvería a concebir, y que este hijo, Ishmael, daría lugar a una nación profusa (Bereshit 16:10,11,12), cuyo carácter sería rebelde e indómito: “su mano estará en todo, y la mano de todos contra él”.

Los comentaristas - muchos de ellos vivieron hace muchos siglos - brindaron varias explicaciones a estas palabras ininteligibles. Por ejemplo, citemos:
Dependerán de todos para su subsistencia - y todos dependerán de ellos (Onkelos). Guerrearán con todos (Ramba”n), y poseerán bienes raíces en todo el mundo (Jizkuni). No tendrán amigos, pero otros temerán oponerse a ellos (R.Sh. R. Hirsch sz”l).
¿Algo de todo esto le suena conocido…?

La segunda oportunidad en la que D”s bendijo a Ishmael, aconteció a raíz de un pedido del propio Avraham.
Antes que nazca Itzjak - el hijo de Avraham nacido de la propia Sará - quien siguió los pasos de su padre y se convirtió en el segundo Patriarca de nuestra nación, su padre Avraham, no creyéndose merecedor de engendrar otro hijo con su querida esposa Sará, pidió por Ishmael (Bereshit 17:18,20).
Sospechando que si D”s le prometía una milagrosa concepción de padres tan ancianos, esto significaba que Ishmael moriría, rezó a D”s que no eliminara a Ishmael, y que también él viviera con respeto a D”s.
D”s respondió afirmativamente: lo multiplicaré con gran abundancia. Doce príncipes serían engendrados por Ishmael, aun si en última instancia su poder terminaría desapareciendo - así como las nubes que se disipan.
Luego de esto Avraham llevó a cabo su Brit Milá, y el de todos los hombres de su casa - incluido Ishmael que no se opuso.

Finalmente, muchos años más tarde y cuando Itzjak ya estaba creciendo, la conducta de Ishmael dejaba mucho que desear (era un modelo de comportamiento muy negativo para Itzjak - Tosefta, Sotá 6, e incluso lo odiaba a tal punto que estaba dispuesto a matarlo - Midrash Rabá, Shir haShirim 8, Bereshit 53:11).
D”s aprobó las palabras de Sará que insistía en que Ishmael debía definitivamente ser expulsado junto a su madre Hagar, de la casa de Avraham. En el camino le sucedió un episodio en el que casi murió Ishmael, porque se perdieron en el camino y quedaron sin agua. Mientras se encontraban en la cercanía de Avraham, su mérito los amparó y el agua que poseían no se agotó, pero una vez que se habían alejado de su residencia, las ideas paganas se apoderaron de ellos y el agua se consumió (Pirké d’Rabí Eliezer 30).

Hagar estaba llorando desesperadamente. D”s hizo aparecer una fuente de agua para salvar y refrescar a Ishmael. También allí lo bendijo
(Bereshit 21:18) prometiendo que lo convertiría en una gran
nación.

Espero que leyendo lo que la Torá nos enseña, no tengamos dudas de Quién es, el que brinda a los descendientes de Ishmael todo lo que poseen.

Contrariamente a lo que muchos sienten, uno de los comentaristas, Rabeinu Bejai (Bajié), un Sabio de la época medieval, hizo un cálculo de cuántos años habían transcurrido desde que Ishmael recibió sus bendiciones (2047, desde la Creación del mundo) hasta que finalmente se cumplieron (4384, equivalente al año 624 del calendario gregoriano, en el que fue la Heguira en la época de Mahoma).
¡Pasaron 2337 años! - sin embargo, si bien nadie debería dudarlo, las palabras proféticas de la Torá se cumplieron con creces, y el mundo islámico se propagó en menos de un siglo hasta Turquía, hasta Irán, y todo el norte de África hasta España.
¿Y nosotros?

“Apenas” transcurrieron 1200 años (en su época), ¡¿y no poseemos la certeza que se cumplirá todo aquello (bueno) que la Torá prometió que nos sucederá?!
Evidentemente, los grandes Sabios saben mirar las mismas manifestaciones que nosotros - pero con otra visión.

¿Son muchos? ¿poseen millones?
La prodigalidad de Ishmael no debe preocuparnos. A D”s no Le falta para bendecir a cada uno con abundancia, y no porque uno posea mucho carecerá el de al lado.

De todos modos, el gobierno y el dominio de Ishmael sobre la Tierra de Israel - si bien gobernó sobre ella durante muchos años - está destinado a concluir.
Su Brit Milá - íntimamente ligado a la posesión de la Tierra de Israel, como es evidente en las Palabras de D”s a Avraham - le permitió regir sobre Israel durante mucho tiempo, dicen los Sabios, pero puesto que no fue acompañado por una aceptación de Mitzvot; por lo tanto, su imperio sucedió sobre una tierra desértica - hasta que los judíos retornaran a su tierra ancestral y ésta volvería a dar sus frutos como sucedía hace mucho.

Antes que nazca Itzjak, Avraham hizo significativos intentos para lograr educar a Ishmael, anhelando que éste se convirtiera su continuidad (Bereshit 18:7, Rash”í) espiritual. Una vez que la presencia de Ishmael en casa de Avraham se tornó irremediablemente perjudicial y Avraham lo debió alejar de su hogar - no lo dejó de amar (Bereshit 22:2, Rash”í, Sanhedrín 89:, Pirké d’Rabí Eliezer 30).
Sin embargo, Ishmael no dejó de especular con volver a reemplazar a Itzjak como hijo principal de Avraham, en particular cuando D”s ordenó que Itzjak fuese ofrecido como Korbán en la Akeidá (Ialkut Shimoní, Vaierá 98)

Efectivamente, Ishmael hizo Teshuvá hacia el fin de sus días, pero esto ya no cambió la naturaleza de sus descendientes, que siguieron una trayectoria que convirtió el robo y el homicidio en su modo de vida (Midrash Rabá, Bereshit 45), de tal modo que les impediría aceptar la Torá (Psikta Zutra Itró). Tan errada se tornó su conducta que el Talmud (Sucá 52:) expresa que están incluidos entre aquellos de quienes D”s “se arrepiente” por haberlos creado (es menester entender que D”s Omnisciente sabe todo desde un principio, y podía no haber dado lugar a la existencia de los Ishmaelim…).

Querido E-milio!
Espero no haber enojado a Ud. ni a nuestros queridos consanguíneos que posiblemente se sientan descolocados con estas palabras. Quizás interpreten que soy pacifista o “blando”. Quizás sientan que le doy la espalda a tanta sangre de inocentes que salvajemente han sido víctimas de los brutales ataques asesinos terroristas.
En absoluto.
La situación que deben atravesar nuestros hermanos en Israel (y en otros sitios del mundo) debido a la acrimonia implacable de un sector del Islam hacia los judíos, es más que lastimosa. Las escenas de dolor - resultado de los ataque terroristas - que hemos visto especialmente en las últimas décadas, no tienen palabras adecuadas que las puedan describir.

Pero eso no quita a que veamos los eventos según nos transmitieron, y no creer que “analistas políticos” sepan más que nuestra enseñanza milenaria.
Solamente creo en la Torá y en lo que ella dice, según lo enseñaron nuestros maestros. Nunca seremos más sabios que ellos.

 

La Tribuna Judía 71

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