Mordejai Halawa, de 34 años de edad, fue educado en Kuwait como musulmán. Hace algunos años, un pequeño golpe de suerte lo llevó a descubrir sus raíces judías. Halawa, quien contó su historia en un programa del Canal 2 de Israel, estaba estudiando en Ontario, Canadá, desde hacía ocho años. Un día su teléfono se descompuso y salió a buscar un teléfono público para hacer una llamada. En ese teléfono público vio a un hombre con un traje de judío jaredí. Sin poder ocultar su asombro ante esa imagen que le resultaba tan inusual, comenzó a hablar con el hombre quien resultó ser un profesor de filosofía de nombre Itzkjak Block. De pronto se escuchó diciéndole a Block: “Es difícil creer que lo que ellos dicen (en Kuwait) sobre los judíos sea cierto. Mi abuela era judía también y se convirtió al Islam para casarse con mi abuelo”. Con cautela, Block le informó a Halawa que de acuerdo con la ley judía, su abuela seguía siendo judía pese a su conversión, y que el status judío proviene de la línea genealógica materna, con lo cual la madre de Halawa yél mismo serían judíos. Halawa decidió investigar qué conexión había entre su familia y el Judaísmo. Antes de poder terminar salió presuroso a buscar una nueva conexión con la comunidad judía. “Yo no podía funcionar normalmente. Yo tenía un tiempo extra y decidí que era una buena oportunidad para visitar una sinagoga”, explicó. Los judíos de la sinagoga le dieron una cálida bienvenida, según dijo. “Yo no podía evitar pensar para mis adentros ¿estos son los crueles judíos de los cuales siempre nos hablaban en la escuela en Kuwait? ¿A esta gente se referían?” Halawa habló con su abuela, quien le confirmó que ella provenía de una familia judía. El prosiguió incrementando su acercamiento a la comunidad judía. Hace 20 meses viajó por turismo a Israel y decidió que no quería volver a su casa. “Cuando llegué aquí, ningún soldado agitó su arma en mi cara, y la verdad es que eso realmente me sorprendió”, recuerda. “Cuando visité el Muro Occidental por primera vez, lloré. Yo vi judíos seculares, Jasídicos, y de todas las clases. No podía creer lo que veían mis ojos”. Actualmente, Halawa vive en la Ciudad Vieja de Jerusalem, donde pasa la mayor parte de su tiempo estudiando Torá en una Yeshivá. El aspira a casarse pronto.
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