La Voz Judía


La Voz Judía
La cuestión de la escritura
Por Rabino Avi Shafran

A veces –por lo general después de que el New York Times se digna publicar una carta mia a favor de Agudat Israel de América- me preguntan cómo hace uno para conseguir que le publiquen una carta en un periódico –justa o injustamente- respetado.
Bien, el primer paso es convertirse en el vocero de una organización nacional.
Estoy bromeando!
Puede ayudar a que existan mejores chances para que sea publicada si está firmada por un representante de una organización. Aunque esto también les puede jugar en contra. En cualquier caso, las cartas publicadas con mayor frecuencia son de individuos que escriben en su calidad de tales.
Sin embargo, no es uno “quien hace” que la carta sea publicada. Todo lo que uno puede hacer es enviar a un buen candidato con chances de sacudir la imaginación del editor de cartas. Las publicaciones más importantes pueden recibir cientos de cartas por día de entre las cuales elegirá un puñado. En esta cuestión no existen los atajos (a menos que el editor sea su cuñado). Pero la “Guía del Rabino Shafran” sobre cómo escribirle una carta a un editor –que sigue a continuación- podría ser de gran ayuda.

Nunca escriba y mande una carta.

Esto significa que después de escribir su carta usted debería romperla (o descartarla de su pantalla). Cuanto menos, déjela a un lado por un par de horas. Las cartas a menudo mejoran en sucesivas re-escrituras, y los excesos emocionales que surgen en un primer intento tienden a ser suavizados de alguna manera –lo cual es algo positivo- en una segunda vuelta.

Corte.

Las cartas largas, al igual que las oraciones muy largas (como esta), exigen más de los lectores, y si uno trata de desarrollar todos los cinco puntos que a uno le gustaría cuando los lectores sólo tienen paciencia para considerar uno o dos, sería contraproducente dado que resulta confuso y molesto y que la mayoría de los lectores en todo caso tienden sólo a hojear las páginas y detenerse en los artículos más cortos y desgarradores.
Lo breve es lo mejor.

3) Conviértase en El Otro

Mientras uno escribe –y re-escribe- una carta dirigida al editor, es importante ponerse en el lugar de los lectores. Si uno escribe en una publicación judía “no heimish”, ¿cómo le afectará a un judío no-ortodoxo? Y a un baal teshuvá? Si se trata de una publicación no judía, ¿cómo le llegará a un no judío? Considerar a la carta de uno como un conjunto de diferentes perspectivas a menudo inspirará un cambio positivo de una frase una palabra o un pensamiento. Construir una carta para engendrar respeto o empatía no siempre es posible, pero cuando lo es, es una buena idea.

4) Rechace la Negatividad

Existe una línea muy delgada entre un enojo justamente ganado y una reacción violenta. Es mejor, incluso, ser destinatario de una merecida crítica puesta en palabras por un lector considerado que impulsarlo a gruñir y a pasar a la carta siguiente.

Conserve su atención en el Premio

Recuerde que el objetivo primordial y último no es “ganar puntos”, ni tan siquiera presentar un argumento irrebatible. La finalidad es impresionar a los otros, hacerlos pensar respecto a lo que usted tiene para decirles. Un punto ganado a expensas de la buena voluntad del lector es tácticamente una pérdida.
Piense siempre tajles.

Escriba para los desinformados.

No de por sentado que el lector sabe lo que usted hace. Incluya una referencia al artículo o editorial mencionado y la fecha correspondiente. Y si usted utiliza una palabra en Hebreo o en Yidish, o algún concepto judío, incluya una definición sucinta entre comillas o entre paréntesis.

Anzuelo para el Editor

Ponga en su carta algo “sabroso” para ayudarla a sobresalir de las otras que pueda haber recibido el periódico sobre el mismo tema. Puede tratarse de algún punto de vista original, o de sus especiales acreditaciones para abordar el tema; de algún hecho sorprendente o de un tanto de humor o de agudeza (en este último caso sería conveniente que previamente fuera aprobado por la esposa de uno).

Preste Atención al Envoltorio

La sustancia es lo sobresaliente, pero las superficialidades cuentan. Las faltas de ortografía y los errores gramaticales son invitaciones a que el editor archive una carta en el “archivo circular”. Además, una carta dirigida al editor siempre debería incluir el número telefónico del escritor, de modo tal que el editor pueda llamarlo para confirmar que verdaderamente fue enviada por la persona que la firmó.
Por supuesto, el factor más importante de toda buena carta dirigida al editor es que tenga algo inteligente para decir. Por lo tanto, antes de usar la lista de consejos expuesta, compruebe que su carta incluya este requisito. Si lo hace, aún cuando el editor no sea un cuñado suyo: ¡siga adelante!

 

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