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Las situaciones excitantes resultan tentadoras pero por lo general son de corta duración. Pasado un momento sentimos una necesidad de regresar a una rutina.
Nosotros sobrevivimos el malvado complot de Haman y celebramos Purim; dejamos exitosamente Egipto mientras dejábamos tras nuestro como testigo al Faraón; y ahora, mientras disfrutamos del verano, pensamos que en pocos meses más volveremos a nuestra rutina.
La clave está en hacer que nuestra rutina no parezca “una rutina”,
Uno de los actos más fáciles de nuestro cuerpo es…parpadear!
Lo estamos haciendo en estos momentos y ni siquiera somos concientes de ello.
Nuestros Sabios nos dicen que en la Creación del mundo el Todopoderoso puso menos esfuerzo en crear y construir que el que nosotros ponemos en parpadear. Esto quiere decir que nosotros trabajamos más duramente cuando parpadeamos que lo que hizo el Todopoderoso al crear este magnífico universo con todas sus complejidades.
Si esto es así, queda una pregunta esperando la respuesta:
¿Por qué el Todopoderoso creó el mundo en siete días y no en un abrir y cerrar de ojos?
Una de las respuestas que dan nuestros Sabios es que el Todopoderoso quiere enseñarnos que esa perfección toma tiempo y no es cuestión de hacerla en un periquete.
Si uno quiere alcanzar la perfección, esta no puede realizarse en un instante, precisa ser hecha paso a paso.
Por lo general se nos denomina como la “generación del microondas”. Frases tales como “googlear” son una parte natural de nuestro lenguaje.
La Torá piensa de otro forma. La paciencia es una virtud de D”s. La paciencia es uno de los 13 atributos que D”s enumeró en la Torá (ver Shemot 34:6-7).
Veamos otro punto de vista: Rav Moshé Jaim Luzzato, en su conocido trabajo Mesilat Yesharim –El Pasaje de los Justos- escribe en la introducción:
“Este libro tiene como objeto reforzar los conceptos y valores que uno ya conoce pero que comunmente pasa por alto”.
Piensen por un momento: si los médicos pudieran ser capaces de vender un día de vida, ¿existe algún precio que uno no estuviera dispuesto a pagar por vivir otro día más?
Imaginen si alguien le diera 800.000 pesos por día y ustedes tuvieran que gastar cada peso. ¿Ustedes dormirían 10 minutos demás o se despertarían mucho más temprano para gastarlos?
Cada día que el Todopoderoso nos da 800.000 segundos de vida, y sin embargo estamos constantemente ocupados “matando el tiempo”, olvidando lo que deberíamos pagar por un día extra.
El segundo modo de concebirlo que nos transmiten nuestros Sabios es que una de las razones por las que el Todopoderoso creó el mundo en siete días es que lo hizo para mostrar que cada día de nuestra vida es importante. Nosotros no tenemos que buscar cosas extravagantes para hacer que nuestra vida sea excitante. Son las cosas simples y hermosas de todos los días de nuestra vida las que, cuando las apreciamos, hacen que armemos “una rutina” por fuera de nuestra rutina y podamos disfrutar de las bellas cosas de la vida.
Una manera sumamente práctica e importante de trabajar sobre este concepto es el de Berajot HaShajar- las bendiciones que rezamos cada mañana. Nosotros le agradecemos a D”s por cosas tales como mirar, caminar, vestirnos, y mucho más:
¡que gran manera de acceder a la entrada hacia la apreciación de Hashem por el resto del día!
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